¡Pongamos fin a la esclavitud rural! ¡Respeto para los trabajadores agrícolas!
Maputo – Durante el mes de noviembre del pasado año, el mundo fue testigo de huelgas de trabajadores agrícolas, en especial de cultivos de vid, en la Provincia Occidental del Cabo (Sudáfrica). Protestaban contra la explotación y las malas condiciones de vida y laborales en las granjas y pedían un aumento del salario mínimo. En muchos casos, la policía sudafricana respondió a las manifestaciones con violencia e intolerancia y no mostró ningún respeto ante la ley. Arrestaron a muchos trabajadores agrícolas y activistas, incluidos campesinos de la Campaña de Reforma Agraria para la Soberanía Alimentaria, miembro de La Vía Campesina.
Tras una serie de turbias negociaciones que acabaron con la huelga en diciembre, el Gobierno sudafricano ha rechazado realizar cambio alguno en el salario mínimo, por lo que la situación sigue siendo la misma. A principios del mes de enero, los trabajadores agrícolas retomaron la huelga y están sufriendo graves represiones por parte de la policía.
Desde que comenzó la huelga, las organizaciones de la sociedad civil sudafricana han denunciado el hecho de que los propietarios de las granjas y la policía estuvieran trabajando codo con codo para reprimir la huelga de los trabajadores y que, además, gozaran de un alto nivel de impunidad. Resulta, además, evidente que los propietarios de las granjas siguen vertiendo insultos racistas y sexistas contra los trabajadores agrícolas.
La huelga de agricultores en Sudáfrica se debería ver como un movimiento africano de la clase trabajadora rural, que protesta contra la injusticia y la explotación. El sector agrícola de Sudáfrica no solo emplea a ciudadanos sudafricanos, ya que muchos de los trabajadores agrícolas con malas condiciones laborales son inmigrantes: hombres y mujeres de países vecinos como Mozambique, Zimbabue y Malaui. En ocasiones, estos trabajadores son los más afectados debido a que los propietarios de los cultivos agrícolas se aprovechan de que, en muchos casos, son trabajadores ilegales sin protección social. La agricultura comercial sudafricana es la más potente del continente y prospera a costa de la opresión y la explotación de los trabajadores agrícolas.
Las huelgas son también resultado del fracaso del Gobierno a la hora de poner en marcha una reforma agraria en Sudáfrica. El 30 % de la distribución del terreno que se prometió para 2015 está muy lejos de convertirse en realidad. De hecho, en 2013 se cumplen 100 años desde que, en 1913, se aprobara una Ley de Tierras que desposeyó a millones de personas de su terreno para convertirlas en trabajadores agrícolas explotados y en proletariado sudafricano. Esta huelga supone un grito de «¡Basta ya!» a 100 años de esclavitud rural.
La región Africana del Movimiento Campesino Internacional, La Vía Campesina, declara su apoyo y solidaridad con los trabajadores agrícolas de Sudáfrica y condena toda forma de violencia perpetrada por parte de la policía y el Gobierno sudafricanos contra los trabajadores y los activistas. Sumamos nuestra voz a la de las organizaciones de la sociedad civil sudafricana e instamos al Gobierno de Sudáfrica a que asuma un papel activo a la hora de escuchar el llamamiento de los trabajadores agrícolas, que exigen dignidad y un salario justo, y proceder de acuerdo con ello.
Globalicemos la lucha; globalicemos la esperanza.