América Latina y el Caribe mantiene la cota más alta a nivel mundial en desigualdad de ingresos
Servindi – Pese a los avances de los últimos años, la tasa de crecimiento del desarrollo en todas las regiones entre 2008-2013 fue inferior a la registrada entre 2000-2008 sostiene el nuevo Informe sobre Desarrollo Humano 2014 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El informe divulgado el jueves 24 de julio advierte que la desigualdad en los ingresos aumentó en varias regiones, incluido en países con un elevado grado de desarrollo. América Latina y el Caribe mantiene la cota más alta a nivel mundial en ese aspecto.
El nivel de desarrollo humano sigue avanzando aunque a menor ritmo que en los comienzos de la década y de una forma muy irregular entre países y regiones.
En Asia/Pacifico, los Estados Árabes y América Latina y el Caribe el ritmo de crecimiento anual del Índice de Desarrollo Humano (IDH) se redujo alrededor del 50 por ciento entre ambos periodos.
El documento refleja que la pobreza, en general, sigue disminuyendo, aunque casi 1.500 millones de personas en los 91 países en desarrollo analizados siguen siendo pobres y cerca de 800 millones sufren el riesgo de regresar de nuevo a esa situación si se producen situaciones de crisis.
Asia meridional es la región que cuenta con una cantidad mayor de población pobre, unos 800 millones de personas y otros 270 millones están próximas a ese umbral.
En el caso de América Latina y el Caribe, el PNUD señala que el 6,7% de la población es pobre y un 9,5% está cerca de esa situación. También persiste, en general, un alto nivel de inequidad en educación.
El nuevo Índice de Desarrollo de Género, que se calcula por primera vez y abarca a 148 países, revela que en 16 de ellos, incluidos Argentina y Uruguay, los valores de desarrollo para las mujeres son iguales o superiores a los de los hombres.
A pesar de las mejoras logradas en el área de la salud, de la educación y de la representación parlamentaria, el fortalecimiento del rol de la mujer en la sociedad sigue rezagado respecto de los hombres, según el informe.
Reducir vulnerabilidades y construir resiliencia
El Informe sobre Desarrollo Humano 2014 “Sostener el Progreso Humano: reducir vulnerabilidades y construir resiliencia” escruta dos conceptos que están interconectados a la vez y son inmensamente importantes para asegurar el progreso del desarrollo humano.
Argumenta a favor de la necesidad de mejorar de manera sostenible las capacidades de los individuos y las sociedades con el fin de reducir estas vulnerabilidades persistentes, muchas de ellas estructurales y ligadas al ciclo de vida. El progreso debe centrarse en el fomento de la resiliencia del desarrollo humano.
Aunque existe un amplio debate acerca del significado de resiliencia, el énfasis del PNUD se centra en la resiliencia humana, que busca garantizar la solidez de las opciones, actuales y futuras, de las personas y su capacidad para lidiar y adaptarse a acontecimientos adversos.
Desde la publicación del primer Informe sobre Desarrollo Humano (IDH) global del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en 1990, la mayoría de los países ha registrado un desarrollo humano significativo.
El Informe 2014 muestra que las tendencias globales en general son positivas y que el progreso continúa. No obstante, se están perdiendo vidas y se están socavando medios de subsistencia y desarrollo por motivo de catástrofes y crisis naturales o inducidas por los seres humanos.
Sin embargo, estas fatalidades no son inevitables. Mientras que toda sociedad es vulnerable al riesgo, algunas sufren mucho menos daños y se recuperan más rápidamente que otras cuando la adversidad golpea.
Este Informe se pregunta por qué esto es así y por primera vez en un IDHglobal, considera la vulnerabilidad y la resiliencia a través de una lente de desarrollo humano.
En consonancia con el paradigma del desarrollo humano, el Informe adopta un enfoque centrado en las personas. Presta especial atención a las disparidades entre y dentro de países.
Asimismo identifica los grupos “estructuralmente vulnerables” de las personas que son más vulnerables que otras en virtud de su historia o de su tratamiento desigual por el resto de la sociedad.
Acceda al resumen en español de la publicación con un clic en el siguiente enlace.