A través de la Universidad Ixil, comunidades indígenas mayas en El Quiché, Guatemala están recuperando prácticas y conceptos que reafirman la necesidad del “buen vivir” en contraposición del “vivir bien”
Por Mayra Rodríguez
Servindi – La diferencia entre ambos conceptos radica en que la primera es concebida como una forma de vida que busca una relación armónica entre las personas, las familias, la comunidad y su entorno, respetando y protegiendo el medio ambiente y los bienes naturales; en tanto que el “vivir bien” se encuadra en el modelo consumista y globalizador del tener y acumular.
Esta afirmación se dio en el marco de un encuentro realizado en el centro cultural de Nebaj, El Quiché, el pasado 18 de julio, durante la visita del reverendo Felix Ortiz y su esposa María Esther Cruzado, quienes están finalizando su período de representación de la Oficina de Ministerios Globales para América Latina y quienes ratificaron la importancia de afirmar las prácticas del Buen vivir a partir de los pasajes bíblicos de Juan 10:10 y Génesis 1:10.
La práctica del “buen vivir” es conocida en el pueblo ixil como “tiichajil”, un concepto totalizador y universal para describir el estado de bienestar integral, explica Pablo Ceto, uno de los líderes fundadores de la Universidad Ixil y afirma que es objetivo primordial de este espacio académico el darle valor a la “pluriversidad” de saberes y prácticas emanadas de las y los ancestros, para que los jóvenes ixiles de hoy puedan darle seguimiento a esta riqueza cultural, que ha sobrevivido a las 114 masacres que buscaron exterminarlo durante el conflicto armado interno hace cuatro décadas.
Martina Terraza Brito, estudiante de la Universidad Ixil, joven madre de dos niños y maestra de educación primaria bilingüe expresa que “para muchos el vivir bien significa tener cosas materiales, como el mejor carro, el televisor más moderno o mucho dinero, o quizá algo menos material como tener fama, pero eso no es el buen vivir. El buen vivir para nosotros los ixiles es estar relacionados con la madre naturaleza, compartir con la familia y con la comunidad; es hacer viva nuestra cultura; es vivir en armonía y libertad”.
Pero Martina manifiesta también la importancia y centralidad que la niñez tiene en el “tiichajil” o “buen vivir”: “el cuidado de nuestros niños y niñas, protegerlos y estar con ellas y ellos es fundamental, y en eso debemos pensar cuando reflexionamos sobre nuestro deseo de dejarles una herencia a nuestros hijos y nuestras hijas, porque la mejor herencia que podemos dejarles es la enseñanza del “buen vivir”, si no hacemos esto no habrá futuro”.
En la Universidad Ixil, las autoridades indígenas tienen una función determinante. Se constituyen en los evaluadores del aprendizaje de las y los estudiantes y acompañan ese proceso. Miguel Solís, Alcalde Indígena de Nebaj, resalta la importancia que tiene para él el hecho que la Universidad Ixil esté preparando a los jóvenes para darle continuidad al sistema de autoridades mayas.
Esta perspectiva es compartida por Concepción Sontay, Alcalde Indígena de San Felipe Chenlá, San Juan Cotzal, quien afirma que “como autoridades sabemos que en nuestra funciones no solo está atender a las personas en la alcaldía comunitaria o velar por la defensa de nuestro territorio, se trata de mantener nuestros principios y sobre todo nuestra cultura”.
Para Sontay es importante no perder las enseñanzas de sus ancestros, asevera que parte del buen vivir es tener las montañas y los ríos sin contaminación y lamenta el actuar del gobierno en este sentido. “El estado viene a imponer megaproyectos, porque para ellos significa ingresos, pero esos ingresos no responden a las necesidades de las comunidades, sino que destruyen nuestras fuentes de vida” afirma Sontay.
Con la presencia del reverendo y doctor Vitalino Similox, rector de la Universidad Ixil, alcaldes indígenas y estudiantes, se ratificó la importancia del diálogo de saberes desde las culturas milenarias, así como de generar condiciones para que se puedan realizar intercambios con otras universidades de pueblos originarios de Latinoamérica.
Este concepto de Universidad, rompe con el esquema tradicional de la educación superior en Guatemala, al cual solamente tiene acceso el 2% de la población.
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Fuente: Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación (ALC)