Adital – El premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y otros cientos de brasileros/as y argentinos/as terminaron este sábado (28) la “Marcha por El Sí a la vida, La libertad de los ríos y El No a las represas” en Posadas, provincia de Misiones, en Argentina, después de recorrer 150 kilómetros en protesta contra el Complejo Hidroeléctrico Binacional Garabí y Panambí cuya construcción amenaza con desplazar aproximadamente a 13 mil personas de municipios de Brasil y de Argentina. El acto fue realizado por las 41 organizaciones que integran la Mesa Provincial No a las Represas.
La marcha comenzó el lunes (23) con ambientalistas, hombres, mujeres, estudiantes y comunidades tradicionales en el municipio de Panambí, en Río Grande do Sul, en Brasil, y pasó por las principales ciudades que podrán ser damnificadas por la construcción de las represas en la cuenca del Río Uruguay, en la frontera entre los dos países. El proyecto amenaza con inundar cerca de 90 mil hectáreas de tierra fértil y afectar la vida miles de familias.
Durante la actividad, ellos exigieron la realización de un plebiscito popular, conforme prevé el Artículo 6 de la Ley Nº 56 de 2011, que establece que el gobierno de Misiones está obligado a consultar a la población antes del comienzo de la construcción de cualquier hidroeléctrica. Las hidroeléctricas de Garabí y Panambí son el resultado de una cooperación entre la estatal brasilera Eletrobrás y la empresa argentina Emprendimientos Energéticos Binacionales S.A. (EBISA).
En un comunicado conjunto divulgado el último viernes (27), la Diócesis de Santo Angelo, el Movimiento de Damnificados por Represas (MAB) y el Sínodo Noroeste pidieron que las familias amenazadas se informen sobre los impactos y los cambios que el proyecto realizará en sus vidas, y analicen si aceptan o no la construcción de las hidroeléctricas.
“Independientemente de posición contraria o favorable a las obras de las represas, todos comparten la opinión de que habrá profundos cambios sociales, ambientales, económicos y estructurales en la región. Son grandes proyectos que prevén inundar aproximadamente 100 mil hectáreas de tierras fértiles y florestas en 19 municipios brasileros y otros tantos del lado argentino. Propiedades, caminos, escuelas, comunidades, barrios y ciudades serán inundadas. Muchas familias podrán perder sus tierras, su trabajo, su sustento. Muchos trabajadores vendrán desde afuera de la región. Habrá aumento de problemas, tales como aumento de la prostitución, de las enfermedades, de los “hijos de las represas”.En fin, la vida de las familias y de la región no es y no será la misma de antes. La tranquilidad ya no existe”, se expresa en el comunicado.
El próximo viernes (4), está prevista la realización de una asamblea con representantes de Eletrobrás y del gobierno de Río Grande do Sul para esclarecer a la población sobre la intención del gobierno brasilero de construir las represas.