Un sistema de propiedad de la tierra único en el mundo puede ser la clave para salvar a la naturaleza de América Latina
Isabelle Schaefer* – El País
Un territorio dos veces más grande que España. Esa es la superficie que ocupan en México los ejidos, un sistema de propiedades rurales de uso colectivo único en el mundo en donde las comunidades tienen un derecho agrario sobre sus tierras. Más de cinco millones de indígenas y campesinos son los “dueños” de esa enorme extensión de tierras donde están ubicados el 70% de los bosques del país.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía, México se encuentra entre los primeros países con mayor deforestación en el mundo. Se estima que entre 2005 y 2010 se perdieron cerca de 155.000 hectáreas por año. Datos del Banco Mundial revelan que México genera alrededor del 1,3% de las emisiones de CO2 a nivel global.
“Aquí en esta comunidad crecí”, dice Eliut Juárez Morales, del ejido Álvaro Obregón, cerca de Calakmul, en Campeche, la antigua ciudad maya rodeada de bosques tropicales, que recientemente recibieron el reconocimiento de la UNESCO como patrimonio mundial.
Para Juárez, los miembros de su comunidad, el bosque tropical no es solo un medio de subsistencia. Es la casa que habitan, donde vivieron sus antepasados y donde aspiran a seguir estando durante muchas generaciones.
Por eso, si se quiere salvar los bosques, es indispensable trabajar con las comunidades locales rurales e indígenas que viven en los ejidos y que dependen de la enorme riqueza natural de los bosques para su subsistencia. De hecho, es probable que involucrar a estas comunidades en proteger los bosques sea la forma más eficiente de cuidar esos ecosistemas. (mais…)