Servindi – Un nuevo spot lanzó la campaña: “Territorios Seguros para las Comunidades del Perú” que busca reactivar el proceso de titulación de tierras comunales y asegurar un marco jurídico que las salvaguarde. Asimismo, contribuir al reconocimiento y valoración del aporte de las comunidades a la diversidad social, cultural y ambiental, así como al desarrollo económico del país.
El nuevo spot ha sido dirigido por Héctor Gálvez y producido por Carolina Denegri. La música es de Martín Choy y la post producción corresponde a Guarango Cine y Video.
Cabe recordar que la campaña elaboró la publicación: “Las comunidades que mueven el país. Informe sobre la situación de las comunidades rurales del Perú – 2012“, que brinda los pormenores de la situación en que se encuentran actualmente las comunidades del país, en sus diversas expresiones: costeras, andinas, amazónicas y ribereñas.
¿Cuál es la problemática?
Más de 10.000 comunidades rurales son la expresión concreta de los 51 pueblos indígenas y originarios que existen en el Perú y albergan a aproximadamente un tercio de la población nacional, con cerca de un millón y medio de familias en las comunidades campesinas de la costa y los Andes, y otro millón de familias en la Amazonía, sumando a las comunidades nativas y las comunidades ribereñas.
Pese a que ocupan casi un tercio del territorio nacional, las comunidades peruanas son prácticamente invisibles; el Estado no dispone de datos exactos de cuántas son, dónde están ni quiénes las componen, demostrando el poco interés que guarda hacia ellas.
Actualmente la ley reconoce a las comunidades campesinas, las comunidades nativas y las comunidades ribereñas (que pueden ser tituladas bajo el mismo régimen que las comunidades campesinas). La propiedad comunal es muy importante para sus habitantes, pues determina su identidad, su cultura y también brinda una protección complementaria a los espacios de aprovechamiento individual y ofrece la posibilidad de negociar en mejores condiciones ante terceros, como es el caso de las empresas extractivas.
Según información recogida por el Instituto del Bien Común (IBC) cerca de 4.100 comunidades en la costa, sierra y selva enfrentan grandes obstáculos para obtener sus títulos de propiedad. La titulación es una obligación establecida en la Constitución del Estado por ser un paso vital para asegurar la integridad del territorio de estos grupos humanos.
Además, el Perú ha firmado convenios internacionales, como el Convenio 169 de la OIT, la Convención Americana sobre Derechos Humanos y ha suscrito también la Declaración de la ONU sobre los derechos de los Pueblos Indígenas, comprometiéndose a avanzar en este tema, pero hasta la fecha ha hecho muy poco.
Al contrario, en los últimos años, los derechos de propiedad de las comunidades campesinas y nativas no han sido una prioridad para el Estado. Según el Organismo de la Propiedad Informal (Cofopri), entre 2006 y 2008 solo se otorgó ocho nuevos títulos a comunidades nativas, y ninguno entre 2009 y 2010.
El caso es muy parecido para las comunidades campesinas: de 62 títulos nuevos entregados en el 2006, las titulaciones se redujeron a cuatro en 2010. La tendencia se mantiene en la actualidad, siendo ahora los gobiernos regionales los responsables de la titulación de dichas comunidades.
El reto. ¿Qué queremos lograr?
Nuestro objetivo es que los sectores urbanos del Perú dirijan su mirada hacia la real problemática del interior de nuestro país.
Primero, reconociendo y valorando el importante aporte de las comunidades a la diversidad social, cultural y ambiental.
Segundo, impulsando el desarrollo de un marco jurídico de la propiedad comunal que se ajuste a los estándares del derecho internacional, así como un conjunto de políticas públicas que lo hagan efectivo y que permitan a las comunidades rurales defender lo que es suyo desde tiempos inmemoriales.
Creemos firmemente que estos son pasos iniciales y fundamentales para construir un Perú más armónico, superando los conflictos internos que actualmente aquejan a nuestro país, y que acarrean consecuencias tan penosas.