Perú: Hilaria Supa vs. Mercedes Cabanillas

Por Guillermo Vásquez Cuentas
La elección unánime y sin precedentes de la congresista cusqueña Hilaria Supa Huamán, como Presidenta de la Comisión de Educación, Ciencia, Tecnología, Cultura, Patrimonio Cultural, Juventud y Deporte, del Congreso de la República, ha sido un hito histórico en la ya antigua lucha por la reivindicación de los derechos de los cholos e indios del Perú.

Como se sabe, Hilaria Supa tiene una amplia trayectoria en las luchas sociales campesinas e indígenas del Cusco. Desde su Huallaccocha querido irradió su trabajo organizativo por las comarcas aledañas, llegando finalmente a cargos directivos de la Federación de Mujeres Campesinas, en cuya representación anduvo por el Perú y el mundo llevando, con honradez y decencia, el mensaje de reivindicación indígena, de defensa de los derechos humanos y de revaloración de la cultura andina.

Expectativa pocas veces vista, tuvo la sesión para elegir a los miembros de la directiva de esa comisión y dejarla instalada. La radio y la televisión se encargaron de difundir ampliamente y “en vivo” el acto.

En esa por muchos esperada sesión, los parlamentarios adoptaron diversas actitudes. Lo más notorio fue, sin duda, el comportamiento que adoptaron con interesado protagonismo, apristas y fujimoristas, quienes a pesar de sus evidentes esfuerzos no pudieron disimular el íntimo, grave y profundo disgusto por el hecho de que una india “con poca preparación técnica y profesional y ninguna especialización en materia educativa” (Carlos Rafo dixit) acceda a un cargo congresal que por siempre había sido desempeñado solo por mistis miembros de los partidos tradicionales.

Excesivamente notorio fue el caso de Mercedes Cabanillas, quien luego de pedir la palabra a la nueva conductora de la comisión y sabiendo de la amplia difusión que tenía el acto, apelando forzadamente a un lenguaje formalizado y tecnisista propio de las ciencias educativas, buscó explayarse sobre los temas que en su opinión debían ser abordados en el trabajo de esa parcela congresal durante el año legislativo que se inicia.

La Cabanillas, derramando en la sala hálitos de autoridad intelectual en el tema de la educación, mencionando antecedentes de sus trabajos en ese campo, queriendo situarse muy por encima, no solo de Hilaria sino de los presentes, como quien notifica al que poco o nada sabe, ocultaba así -o pretendía ocultar- no solo su soberbia de no aceptar la vicepresidencia sino también el ácido de impotencia y cólera que le correteaba por el corazón, bazo, hígado e intestinos.

Fue imposible inadvertir la postura de Mulder, siempre locuaz a la hora de hablar sobre justificaciones a todo lo malo del gobierno y de su partido y en cualquier sitio, quien permaneció ahora mascullando impotencia ante lo que presenciaba, limitándose a buscar a ratos a las orejas de la Cabanillas, tal vez para darle ideas o consignas “sotto vocce”.

Ella justificó su voto a favor de la elección de Supa Huamán repitiendo el sonsonete político interesado de que “todos somos mestizos, iguales”, que estamos en el “país de todas las sangres”, en el que “quien no tiene de inga tiene de mandinga” y cosas por el estilo, cuando la realidad tozuda develada permanentemente por las ciencias sociales, nos dice lo contrario hasta la saciedad: que las diferencias económicas que van de la mano con las étnicas, son abismales; que la discriminación es un fenómeno antiguo, estructural en la sociedad peruana y que los millones de pobres de este país, son precisamente los indios y cholos discriminados.

Detrás del hipócrita voto a favor, estaba claramente el temor de las consecuencias que sobrevendrían si hubiese hecho una franca oposición a la elección de la congresista indígena. Sabía muy bien que la crítica periodística, política, académica y popular estaba atenta para centrar sus fuegos sobre cualquier comportamiento discriminatorio en esa ocasión.

Con todo eso, sabemos ahora cómo Mercedes va tratar de manipular o imponer criterios ideológicos y políticos en el seno de la comisión, generando previsibles conflictos, invalidando esfuerzos, buscando hacer caer en ridículo a la presidenta para beneplácito de Martha Hildebrandt y sus seguidores.

Mechita tu bien sabes, lo mucho… lo mucho que has sufrido con la elección de Hilaria. ¿Cómo haces para aparecer un día sí y otro también en la radio y la televisión, para hablar de todo, todo el tiempo?

http://www.servindi.org/actualidad/30066?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed:+Servindi+(Servicio+de+Informaci%C3%B3n+Indigena)

Deixe um comentário

O comentário deve ter seu nome e sobrenome. O e-mail é necessário, mas não será publicado.