Por Óscar Guerrero Bojórquez, em Servindi
Con un amplio prontuario de manejos irregulares, prácticas ilegales y abusos sistemáticos contra las comunidades campesinas, la multinacional china Xiamen Zijin Tongguan mantiene viva sus expectativas de materializar a toda costa el proyecto minero Río Blanco, en el norte del Perú.
Lejos de proteger los derechos de los pobladores de la zona en conflicto y de constituirse en garante de la intangibilidad de zonas fronterizas como establece la Constitución, el Estado peruano ha cerrado filas en torno a los intereses desmedidos de la empresa minera china, la cual a su vez llegó a utilizar las fuerzas del orden para amedrentar a la población local.
Una inversión cercana a los 1,500 millones de dólares ha recibido luz verde del ejecutivo para iniciar trabajos de exploración sin tomar en consideración el fuerte rechazo de la gente al proyecto y violando el artículo 71 de la Constitución Política que prohíbe que se otorguen concesiones a empresas extranjeras en un rango de 50 kilómetros de la frontera.
Ubicado en los Distritos Segunda y Cajas en Huancabamba y Yanta en Ayabaca, provincias de Huancabamba y Ayabaca respectivamente, el proyecto Río Blanco (antes llamado Majaz) posee ocho concesiones mineras y abarca 6,473 ha en etapa de exploración de minerales con contenido de cobre como calcopirita Y covelinita. Se prevé una producción anual de 194,000 toneladas de cobre durante veinte años.
Sin embargo, es difícil que estas proyecciones lleguen a materializarse, sobre todo sabiendo que en 2002 y 2007 se realizaron sendas consultas en las provincias de Ayabaca y Huancabamba donde el 97 y 95 por ciento de la población rechazaron el proyecto minero Río Blanco en sus tierras comunales. El repudio al proyecto es de tal magnitud que los propios representantes de la empresa (descubiertos en una incursión sin autorización en Yanta) firmaron en 2013 un acta en la que se comprometieron a no volver jamás a estas tierras.
Pero los desencuentros no han dejado de tener lugar a causa de las maniobras y jugadas bajo la mesa llevadas a cabo por el consorcio Zijin en contubernio con malos funcionarios. En agosto de 2005 una investigación del Gobierno peruano concluyó que más de 20 personas fueron secuestradas y golpeadas tras protestar contra el proyecto minero. Posteriormente se han registrado incursiones de funcionarios y personal de la empresa, resguardados por fuertes contingentes policiales en zonas donde no cuenta con autorización para operar.
Peor aún resultó el hecho de que miembros de la Dirección Nacional de Operaciones Especiales (DINOES) torturaron a 28 comuneros que se oponían al proyecto en presencia de un fiscal en el campamento minero de la empresa Río Blanco Copper S.A. en agosto de 2005. Solamente después de acudir a las altas cortes británicas los comuneros ganaron el juicio y forzaron con ello a que la justicia peruana tome cartas en el asunto. No obstante los policías que tomaron parte en las torturas aún no han sido condenados En este ejemplo queda graficada una tragedia mayúscula de la sociedad peruana: no se gana nada acudiendo a los tribunales peruanos, más aún si los que reclaman son campesinos y gente humilde.
En el plano técnico el desempeño de la minera ha dejado mucho que desear como se constata en un capítulo del libro de Cynthia Sanborn y Victor Torres alusivo al tema (1). Tan es así que en octubre de 2008 el Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (OSINERGMIN) concluyó en un proceso de fiscalización que Río Blanco era responsable de múltiples infracciones, entre las que destacó:
- Infracciones al Reglamento ambiental para las actividades de exploración minera.
- Inadecuado manejo ambiental. Con relación a las plataformas de perforación, no se construyeron canales de coronación y se generaron taludes mayores de 45º. Con relación a los caminos, falta de implementación de medidas para el control de la erosión. Con relación a las plataformas de aterrizaje, no se construyeron cunetas de coronación. Con relación a los botaderos de desmonte, no se construyeron canales de coronación.
- Análisis específicos arrojaron como resultado concentraciones de pH299, cobre y zinc superiores a los niveles máximos permitidos.
- Deficiencias en el manejo de los residuos sólidos generados en el proyecto.
La sanción para la empresa china fue una multa de 100 UIT, unos 350 000 soles peruanos. Pero la exigencia mayor, que tiene que ver con la clausura definitiva del proyecto y su inviabilidad no parece estar en la agenda de las autoridades del gobierno.
Ante esta situación, ronderos y comuneros han marchado masivamente en Ayabaca y Huancabamba demandando al gobierno central y regional se declare la inviabilidad del proyecto que cubre la sierra piurana toda vez que los ecosistemas conformados por páramos y bosques de neblinas tienen un valor inigualable para el equilibrio de la vida en estos parajes.
Históricamente, las rondas campesinas de Ayabaca han conservado este importante ecosistema que provee de líquido elemento a todo el departamento de Piura. El Proyecto Rio Blanco se ubica justamente en el actual hábitat de los últimos tapires andinos de Perú, osos de anteojos, pudúes, tigrillos, gatos monteses, pavas, quetzales y otros cientos de especies de flora y fauna que serían irremediablemente destruidos por la actividad minera.
Es propio de una política vergonzosa que en gran parte del ecosistema de Páramos y Bosques de Neblina de Piura el gobierno haya otorgado vastas áreas a poderosas transnacionales para la explotación de yacimientos a cielo abierto.
La voluntad política del gobierno peruano para que todos los proyectos mineros se concreten, se expresa en las medidas aprobadas en el denominado “paquetazo ambiental” para destrabar la inversión, lo cual implica el recorte de plazos en los procesos de toma de decisiones y flexibilización de las exigencias ambientales. Con estas disposiciones recientes, el actual gobierno no hace más que continuar la política entreguista de Alan García evidenciada en las 15 concesiones a mineras extranjeras dadas por él en zona de frontera, según denunció un reportaje periodístico de un semanario peruano (2).
Este año, la empresa minera de capitales chinos Rio Blanco Copper S.A. reabrió sus oficinas en Huancabamba reviviendo con ello los temores de la población local. Si una cosa está clara es que si el gobierno no maneja adecuadamente el problema que ha originado y no resuelve a la brevedad posible el estatus de los territorios en cuestión, al final puede salir mal parado. Los frentes de lucha de Ayabaca y Huancabamba están muy bien organizados y no existen divisionismos en su interior. Cualquier intento de pasar por encima de los derechos compartidos que les asisten a las comunidades de la región puede desembocar en hechos lamentables. Nadie desea este desenlace, pero tampoco se piense que el poder de la bayoneta se impondrá sin mayores sobresaltos.
En un espectro más amplio, las organizaciones campesinas que luchan por sus tierras necesitan necesariamente del compromiso y solidaridad de los demás sectores de la sociedad peruana para tener éxito. La indiferencia de muchos peruanos juega en favor de los intereses del consorcio chino. Habría que preguntarse en aras de que metas se pretende explotar los recursos naturales de Huancabamba y Ayabaca. ¿Es de verdad urgente generar riqueza? ¿Para qué?
Como en tantos otros lugares bendecidos del planeta, los campesinos peruanos, en realidad, no son pobres, lo somos todos los que aspiramos a satisfacer banalidades superficiales que fabrica la sociedad del consumo. Porque el sentido común siempre nos hará ver que los páramos, los bosques, las montañas, los manantiales, el aire puro y la biodiversidad son las riquezas más preciadas que tiene la humanidad.
Seguramente Río Blanco no se irá del país sin antes haber propiciado hechos de sangre que como es previsible nunca serán esclarecidos por los jueces peruanos. A los comuneros no les queda otro camino que continuar resistiendo y a la vez creando conciencia. Una lucha justa debe ser la lucha de todos los peruanos que amen las libertades. En tanto no se articule una idea nacional que arrastre multitudes y sepa defender los intereses del país por sobre todas las cosas, la entrada y enriquecimiento fácil de grupos económicos foráneos están garantizados.
Notas:
(1) La Economía China y las Industrias Extractivas: Desafíos para el Perú. Pag. 2008. Cynthia A. Sanborn y Víctor Torres C.
(2) Semanario “Hildebrandt en sus Trece”. Lima, Agosto 2014. Pag. 5
Bibliografía
– La Economía China y las Industrias Extractivas: Desafíos para el Perú. Universidad del Pacífico. Lima, 2009. Cynthia A. Sanborn y Víctor Torres C.
– El Mundo Indígena 2014. Copenhague, 2014. Grupo Internacional de Trabajo Sobre Asuntos Indígenas IWGIA. Varios autores.
– Selva Vida. De la Destrucción de la Amazonía al Paradigma de la Regeneración. Lima, 2013. Stefano Varese, Frédérique Apffel-Marglin y Roger Rumrrill.
– Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Nueva York, 2007. Naciones Unidas.
– Observatorio de Conflictos Mineros en el Perú. Reporte Primer Semestre 2013.
– Cartera Estimada de Proyectos Mineros. Ministerio de Energía y Minas. http://www.minem.gob.pe/minem/archivos/file/Mineria/INVERSION/2014/cepm0514.pdf
Tengan cuidado con el Sr Alejandor Zegarra Pezo es un estafador, se hace pasar por ambientalista y lo unico que quiere es captar fondos de los pobre comuneros, nosotros no queremos minería ni tampoco oportunistas ladrones y estafadores.
SÓLO LA UNIDAD Y PERSEVERANCIA CONSERVARÁ LA VIDA PARA LAS FUTURAS GENERACIONES. NI JUICIOS, CÁRCELES, TORTURAS O MUERTES PODRÁN CALLARNOS
Solo la ferrea resistencia de los valientes comuneros de la serrania Piurana podran salvar las paradisiacas selvas de neblina de la destruccion minera.Nuestro gobierno cegado por el destructivo y efimero brillo del oro hace mucho cedio ya a las perversas y traicioneras pretensiones de las transnacionales mineras a las que poco importa la vida.