Ecuador: El “derecho a la resistencia” y la “resistencia indígena”

El derecho a la resistencia consagrado en nuestra Carta Política de Montecristi nos asiste a todos los ecuatoriano/as sin excepción y entiendo que fue introducido precisamente con el objetivo de salvaguardar las expresiones de tenacidad, firmeza y entereza de todos quienes desde varios espacios y no precisamente desde el poder- luchamos por la defensa de los derechos y la construcción del Sumak Kawsay, con la convicción de que los derechos no se los mendiga, se los exige; no se nos regala, se los demanda.

Pero, ¿desde cuándo y desde dónde surge en nuestro país este concepto y este principio motivador?
Desde la conquista española, los pueblos indios han sido paradigma de resistencia.

Ellos son quienes a lo largo y ancho de estos quinientos diez y ocho años nos han demostrado que “son como la paja del páramo que se la corta y vuelve a crecer”, y que de paja del páramo siembran el mundo, según sostenía nuestra legendaria lideresa Dolores Cacuango.

Ellos son quienes mantienen viva su cultura a pesar de todas las formas de exclusión y exterminio; ellos son quienes han liderado y conducido innumerables levantamientos y movilizaciones frente a los poderes de turno sean coloniales o neocoloniales, conservadores, liberales o neoliberales, con una fe inquebrantable, con una tenacidad heroica, con una constancia puesta a prueba; con ingeniosas y creativas acciones pacíficas, hasta dar la vida… con la finalidad de hacer prevalecer sus legítimos derechos ancestrales y defender la Madre Tierra; la Verdad y la Justicia.

Y como siempre, desde el poder de ayer y de hoy, la respuesta invariable ha sido la descalificación y deslegitimación; la crimilnalización de la protesta, la intimidación y amedrentamiento; el encarcelamiento; la represión “ejemplarizadora”; la persecución; la tortura; la muerte.

“Debajo del campo verde, mucha sangre hay en la tierra” sostenía con toda verdad el poeta Adoum.

Hoy como ayer, con la detención ilegal de nuestros hermanos Shuar, asistimos a una nueva situación de vulneración de derechos de los pueblos indios, con la diferencia de que hace siglos éstos no formaban parte del cuerpo constitucional de nuestro Ecuador y ahora sí; con la diferencia de que estamos en pleno siglo XXI y tanto a nivel nacional como internacional existe el reconocimiento de que los valores y principios de las culturas milenarias -entre las que cuentan las de los pueblos indios- tienen capacidad de transformar la vida del planeta y de la humanidad.

Así lo concibió Mons. Leonidas Proaño, defensor de la resistencia de los Pueblos Indios de nuestra Patria.

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