Los canallas viven mucho, pero algún día se mueren, por Mario Benedetti*

Vamos a festejarlo
vengan todos
los inocentes
los damnificados
los que gritan de noche
los que sueñan de día
los que sufren el cuerpo
los que alojan fantasmas
los que pisan descalzos
los que blasfeman y arden
los pobres congelados
los que quieren a alguien
los que nunca se olvidan
vamos a festejarlo
vengan todos
el crápula se ha muerto
se acabó el alma negra
el ladrón
el cochino
se acabó para siempre
hurra
que vengan todos
vamos a festejarlo
a no decir
la muerte
siempre lo borra todo
todo lo purifica
cualquier día
la muerte
no borra nada
quedan
siempre las cicatrices
hurra
murió el cretino
vamos a festejarlo
a no llorar de vicio
que lloren sus iguales
y se traguen sus lágrimas
se acabó el monstruo prócer
se acabó para siempre
vamos a festejarlo
a no ponernos tibios
a no creer que éste
es un muerto cualquiera
vamos a festejarlo
a no volvernos flojos
a no olvidar que éste
es un muerto de mierda.


 

 

*Postado por Radialistas Apasionadas y Apasionados, em Servindi:

17 de mayo, 2013.- El genocida Jorge Rafael Videla murió ayer a los 87 años en la cárcel de Marcos Paz, cerca de Buenos Aires. Cumplía prisión perpetua por delitos de lesa humanidad.

A lo largo de los diez años que pasó bajo arresto domiciliario y otros diez encarcelado, Videla nunca mostró arrepentimiento ni pidió perdón por nada. No lo hizo por ninguno de los 30.000 desaparecidos y desaparecidas durante la dictadura militar (1976-1983), ni por alguno de los 400 bebés robados en los centros de tortura. Se consideraba un “preso político” que cumplió con el “deber castrense” de combatir “el terrorismo”.

Ya se murió. Un canalla menos en este mundo. Y nos viene a la mente un poema de Mario Benedetti que lleva por título Obituario con Hurras. Mario lo escribió en 1963. Pero parece escrito hoy y dedicado a uno de los peores seres humanos que ha nacido en América Latina.

Bibliografía: Los canallas viven, pero algún día se mueren

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