Servindi – A raíz de la amenaza permanente que padecen por parte de actores armados, veinte familias wounnan del municipio Litoral de San Juan, en el departamento del Choco, fueron desplazadas hacia Buenaventura en el Valle del Cauca.
Según la oenegé Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, las familias afectadas pertenecían al resguardo indígena Papayo.
Información entregada por la comunidad revela que en el lugar aún permanecen 94 familias y que por lo menos otras 10 comunidades resisten confinadas en su territorio.
Los indígenas desplazados de Papayo son 16 mujeres, 3 de ellas embarazadas; 13 niños y 5 niñas; 14 hombres y 2 adultos mayores, informó la comisión.
La acción tuvo su origen en el hostigamiento permanente que sufren, las continuas intimidaciones, las extorsiones, la restricción a la libre movilidad y al derecho a la alimentación, a la siembra y caza.
Las 20 familias llevan varios días en situación de desplazamiento durante los cuales no han recibido ayuda o atención inmediata por parte de las autoridades locales, advirtió la oenegé.
Hoy martes se espera que las familias declaren ante la Defensoría del Pueblo.
La situación que viven las comunidades indígenas y afrodescendientes en el Choco y el Valle del Cauca continúa siendo crítica. Cientos de indígenas que hace un año abandonaron sus resguardos en el Choco aún no pueden regresar.
Esto debido, sostienen, a que el Ejército no ha garantizado las condiciones de seguridad en la zona.
De otro lado en Cali, capital del Valle del Cauca, al sur del Choco, se vive una situación parecida ya que desde hace un par de años esta ciudad sirve de refugio para indígenas wounnan víctimas también de desplazamiento.
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Imagen referencial. Foto: ACNUR