Manuel Contreras, condenado a más de 500 años de prisión, padece desde hace años un cáncer de colon. Bajo su mandato al frente de la DINA 3.200 chilenos perecieron a manos de agentes del Estado, y otros 33.000 fueron torturados por causas políticas
El general Manuel Contreras, el máximo represor de la dictadura de Augusto Pinochet, condenado a más de 500 años de prisión, agoniza en el hospital militar de Santiago de Chile y su muerte podría ocurrir en cualquier momento, informaron este jueves fuentes penitenciarias.
El militar, de 86 años, cuyo estado se agravó en las últimas semanas, empeoró en las últimas horas, por lo que se le suspendieron todos los tratamientos y sólo recibe paliativos para el dolor, precisaron fuentes de la Gendarmería (Servicio de Prisiones).
El exjefe de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), la policía secreta de Augusto Pinochet, padece desde hace años de un cáncer de colon que, en los últimos tiempos, esta controlado, de hipertensión y de una diabetes que le ha afectado a los riñones, por lo que debe someterse a diálisis tres veces por semana.
En tal condición ha permanecido en el hospital militar desde septiembre del año pasado, pero de todos modos entró hace dos semanas en un proceso terminal, según sus allegados.
El militar, gestor de episodios como la Operación Colombo y la Operación Cóndor, que involucraron en los años 70 y 80 a las dictaduras militares de la región en operaciones coordinadas para eliminar opositores, está condenado a más de 500 años de prisión en 58 sentencias definitivas y todavía tiene otros juicios abiertos.
El hospital, a petición de la familia, ha mantenido silencio sobre la evolución de la salud de Contreras.
Durante la dictadura de Augusto Pinoochet, según cifras oficiales, unos 3.200 chilenos murieron a manos de agentes del Estado, de los que 1.192 aún figuran como detenidos desaparecidos, mientras otros 33.000 fueron torturados y/o encarcelados por causas políticas.
Según organismos de defensa de los Derechos Humanos y agrupaciones de familiares víctimas, más de la mitad de las desapariciones, ejecuciones y torturas fueron cometidas por agentes de la DINA.
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Enviada para Combate Racismo Ambiental por Isabel Carmi Trajber.