Servindi/Acodecospat – Unos ochocientos hombres y mujeres, ancianos y jóvenes, iniciaron a las 4 de la madrugada del domingo una caminata de sacrificio desde Nauta hacia la ciudad de Iquitos. Con los pies acalambrados y ampollados avanzaron bajo un sol brasiente 44 de los 100 kilómetros que los separan de su destino.
Se trata de marcha de sacrificio denominada Wika Karitama, o Poder del Pueblo, para recordarle al presidente Ollanta Humala que su rol principal como jefe de Estado es defender la vida de los kukamas kukamirias y proteger a las especies que albergan la reserva Pacaya Samiria y su cinturón de amortiguamiento.
Ellos esperan encontrarse el martes 17 de junio en la plaza 28 de julio de Iquitos cara a cara con el Jefe de Estado, el mismo que en época electoral vino personalmente a pedir los votos del pueblo.
No quieren reunirse solo con sus funcionarios. Quieren hablar personalmente con él mismo. Y no entienden por qué los ignora, no los escucha y los obliga a elevar su voz y ponerse en pie de lucha.
Ellos se movilizan con gran sacrificio para advertirle que la Reserva Pacaya Samiria, Patrimonio Natural de la humanidad, está en peligro, así como está en peligro la vida de los kukamas kukamirias.
Quieren decirle personalmente que el pueblo no lo eligió para seguirle dando impunidad a las empresas petroleras.
El Gobierno Regional de Loreto no tiene la capacidad para seguir administrando los fondos destinados a los pueblos indígenas. Tienen cientos de actas de compromisos firmados, por el mismo presidente Regional, en vano.
Proyectos para aprovechar el agua de lluvia para el consumo, para abastecer de agua segura a las comunidades, para implementar centros de producción, etc. duermen el sueño de los justos en medio de trámites y papeleos interminables e inservibles que finalmente son devueltos por falta de fondos.
De nada sirven los fondos de emergencia del canon petrolero o elaborar propuestas alimentarias con la dirección de Agricultura. Al final siempre es lo mismo. No hay fondos.
El pueblo kukama kukamiria nunca necesitó de la provisión externa de alimentos. Siempre disfrutó de su soberanía alimentaria. Pero la contaminación de los territorios, la contaminación de los ríos y aguas del subsuelo arruinó la capacidad de autoabastacimiento.
El pueblo Kukama Kukamiria ya está cansado de promesas vanas, de engaños y mentiras sin fin, del gobierno central y regional. Por todo esto hoy son capaces de soportar el sol, la lluvia, los calambres, los dolores musculares, para exigir basta ya de abandono y exclusión a los pueblos indígenas.