“La derecha avanza -como la maleza en la selva- por las grietas que deja la izquierda en sus hermosos proyectos”. Fernando Báez
El presente artículo concentra la atención a un tema de actualidad: la invasión en nuestra Amazonía de empresas multinacionales que buscan acaparar el territorio para llevarse los recursos naturales (petróleo, gas, madera y bienes genéticos) como si fuesen mercancías, sin interesarles el arrasamiento ambiental y social que ocasiona, ni el exterminio de pueblos indígenas que van dejando a su paso.
Los pueblos amazónicos se organizan en defensa y protección de los bienes nacionales, activan un discurso que supera lo meramente ambientalista para pensar y discutir qué modelo de país quieren y articular acciones que vayan en ese sentido. Se resisten a la homogenización cultural y rechazan el engaño y colonización de sus territorios que cuidaron y protegieron hace más de 10,000 años.
Como señalara en anterior artículo: “Los pueblos indígenas son inteligentes, dignos y sensibles, reclaman que se respete el derecho a ser consultados por sus territorios, por ser diferentes y por tener un modelo de desarrollo propio que preserva la vida de todos los seres, animales y plantas” (Lema 2010).
Mantener este modelo económico es agudizar las condiciones de extinción de la vida, la escasez del agua y la contaminación de la tierra y ríos. Los indígenas proponen: “La naturaleza es vida y la vida habla, pero muchos olvidaron escucharla. Si no nos oímos entre humanos, menos aún oiremos el mensaje de los árboles, los pájaros, los animales, el agua. Quien no escucha a la vida y pisotea a la naturaleza, cultiva culturas de muerte” (Conclusiones del Encuentro de Pueblos Indígenas 2008).
En el Perú, la clase política se niega a cambiar y persiste en continuar asumiendo aquella conducta feroz con la que nos oprimió Europa. En la colonia para fortalecer la economía peninsular se llevaron barcos y barcos, atiborrados, repletos de oro y plata que extrajeron a costa del exterminio de miles y miles de hermanos indígenas. Con arcabuces, lanzas y mosquetes, los condujeron a las minas por la fuerza para estrujarles el sudor y la vida y conquistar el oro y la plata para el Rey Católico de España. A costa del tortuoso sistema colonial murieron millones y millones de indios por las guerras, enfermedades y brutales trabajos. De este modo, Europa se enriqueció y nuestros pueblos y culturas fueron exterminadas. De manera bárbara nos colonizaron y así de bárbaros, la clase política peruana se ha comportado hasta el día de hoy.
Muchas cosas han ocurrido desde el siglo XV, sin embargo, luego de dos siglos de vida Republicana, ésta conducta aún continúa vigente. Lo cierto es que a la clase política, poco o nada les importó ser socios menores del arrasamiento de los recursos naturales, del exterminio y la muerte de las poblaciones indígenas a expensas de la acumulación mundial del capital.
El gobierno de García Pérez es intransigente y persiste en oponerse a los pueblos indígenas al concebirlos como ciudadanos de segunda categoría y continuar con la entrega y la privatización de los bienes naturales no renovales, ríos, bosques, biodiversidad, y conferir permisos a las multinacionales para la construcción de proyectos que promueven el saqueo amazónico.
Estamos ante uno de lo saqueos más grandes de nuestra historia. Lo encarna las multinacionales que cuentan con el consentimiento del gobierno que respalda su accionar. Estos empresarios se regocijan con el botín de los bienes nacionales adjudicados por el modelo extractivo-exportador que solo beneficia a unos pocos, a costa de producir el exterminio de las poblaciones indígenas o mantener en la pobreza a millones de peruanos. Esto es lo que hace el Estado peruano en lugar de amparar a sus poblaciones indígenas. De esta manera, el modelo colonial del capital transnacional arroja a millones de peruanos a la miseria y amenaza a los pueblos indígenas que piensan el desarrollo del país en términos absolutamente opuestos.
¿Qué proyectos de explotación de recursos naturales en la región amazónica se vienen entregando a las multinacionales?
En el estudio “Amazonía Peruana en 2021” realizado por un equipo de estudiosos e instituciones de la sociedad civil, se denuncia que si en 2003 las petroleras hurgaban el 15% de la selva peruana en busca del petróleo, para el 2009 esta actividad revolvía el 70% de los territorios amazónicos. Los autores, además, dejan ver la existencia de numerosos proyectos – poco difundidos – de explotación de los más diversos recursos naturales en la región e infraestructura: 52 proyectos de centrales hidroeléctricas, 53 lotes petroleros, 24,818 derechos mineros, 4,486 km. de proyectos de carretera, 483,581 has de tierras destinadas a nuevas plantaciones de biocombustibles (Dourojeanni y Barandiarán, 2009).
En tanto, el destacado estudioso, Roger Rumrilll, demuestra que la Amazonía peruana ha sido convertida en un inmenso “mapa petrolero” y de otras concesiones (ver imagen), donde el 68% de la extensión de bosques amazónicos “ya está lotizada” y 4 millones de has están “en proceso de venta” para la producción de biocombustible (Rumrill 2009).
Si la Amazonía peruana se ha convertido en la gran reserva petrolera del mundo y como tal está en la mira y en la ambición de las empresas multinacionales, es deber de los peruanos, tomar conciencia de ésta fragante expoliación del territorio, a fin de detenerla. No debemos aceptar éste saqueo de la Amazonía. Este reparto de lotes petroleros adjudicados a diferentes empresas debe ser detenido, porque el gobierno lo ha hecho sin consulta y consentimiento de los pueblos indígenas, quienes en la práctica son los dueños legítimos de estos territorios, tal como lo establece el Convenio 169 de la OIT y la Declaración de las Naciones Unidas.
No cabe duda que esta malsana política contra la humanidad y el pueblo peruano es parte de una estrategia global de trasnacionalización de la Amazonía. Para hacerlo, las multinacionales y sus socios locales no esgrimen todo tipo de argumentos. El presidente se niega a firmar la Ley de Consulta Previa, se criminaliza y persiga a los dirigentes de la Asociación Interétnica de la Selva Peruana, se decide expulsar al religioso inglés, Paul Mc Auley por su defensa a las poblaciones indígenas. Frente a estos hechos ¿Qué podemos decir? Si, todo está dicho. Que duda cabe que hasta podrían continuar instalando bases militares- hasta ahora existen 2 usadas por tropas estadounidenses -. De este modo, tendrían el camino allanado para arrasar con todas nuestras riquezas naturales, creciendo la duda de que sean para combatir el narcotráfico y el terrorismo.
El año pasado, en París platicaba con un documentado periodista francés, quien me dijo que, en algunos círculos se decía que a finales de siglo, América Latina estará conformada por tres países: Brasil, Argentina y Chile. Todos los otros, desaparecerían.
Luego de Bagua….
Después de los sucesos de Bagua, los peruanos tenemos otra lectura del Perú, aunque para el gobierno nada haya cambiado. Es bueno recordar que en la paralización pacífica que los pueblos indígenas awajun y wampis realizaron se enfrentaron a la transnacionalización de la Amazonía, negándose aceptar las grandes inversiones en sectores extractivos porque afecta sus poblaciones y extensos territorios cuyos recursos serán incorporados a los circuitos internacionales de acumulación capitalista (Romero 2009).
Lo cierto es que si esta política no es detenida, tarde o temprano seremos cómplices de la mutación que sufra la Amazonía – antes de 10 años, muy cerca de la conmemoración del Bicentenario de la Independencia- quedaremos inmóviles al verla convertida en un desecho desértico, una zona devastada por los sucesivos impactos económicos, ambientales y sociales realizados por el capitalismo salvaje. Capaz, en ese momento, nos volvamos a hacer la misma pregunta que nos acecha el alma ¿Por qué permitimos el exterminio de los pueblos indígenas peruanos y nuestras riquezas naturales? ¿Por qué ocurrió y que hicimos para que esto no ocurriera?
Moraleja:
Las elecciones presidenciales se acercan, se espera que los dirigentes indígenas sean concientes del rol que les toca asumir. Será importante recordar que los derechos indígenas solo podrán ser alcanzados por gobiernos estructurados con ideologías de izquierda y no de la derecha. Ni del centro derecha. Hay muchos intereses y mucho dinero que las transnacionales pondrán en juego para desvirtuar conciencias con tal de ganarlos y continuar con su feroz ambición. He trabajado en palacio de gobierno y los líderes y apus conocen de mi convicción, trabajo y honestidad.
Lo que sí debo decir es que todo el esfuerzo fue en vano. Las trasnacionales estaban en el poder y nosotros solo fuimos tan solo una ilusión. Ningún derecho fue alcanzado y el sueño indígena que compartimos fue vilmente traicionado. Que ahora no me cuenten la misma historia. Afortunadamente, volvió Alberto Pizango Chota al Perú, el verdadero líder indígena que hace poco dijera: “Los seres humanos estamos amenazados por una catástrofe que debemos evitar y unirnos para evitar que la naturaleza no llore mas”. Sobre él recae una inmensa responsabilidad política que muchos peruanos esperan.
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