Destacan rol que poseen en la defensa de sus territorios y tradiciones
Servindi, 30 de octubre, 2015.- No solo el cambio climático constituye una amenaza a los pueblos indígenas. Hacen lo propio el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), cuyas políticas atentan contra la soberanía de los países. .
Estas y otras ideas fueron analizadas durante el panel “Diálogo entre Feminismo y Mujeres Indígenas: Propuestas frente al Cambio Climático”, el cual se realizó en el marco del evento “Desmintiendo el milagro peruano”, que se desarrolló en Lima.
Rescatamos a continuación parte de lo que se expuso durante la cita.
Cambio climático
Gladis Vila, presidenta de la organización nacional de mujeres indígenas Onamiap, indicó que el cambio climático es el causante de que las chacras no produzcan como antes y de que no haya la misma variedad.
Recalcó que ahora las mujeres de las zonas más altas de los Andes, ven cómo los puquiales y ojos de agua están desapareciendo; por lo que ahora deben caminar más para conseguir este recurso y prepara sus alimentos.
Similar opinión tuvo Rosa Montalvo, comunicadora para el desarrollo del Grupo impulsor Mujeres y Cambio Climático, quien mencionó que las mujeres son las más vulnerables al cambio climático debido a los efectos que viene teniendo en “la agricultura, la seguridad alimentaria”, y como causante de la escasez del agua.
El BM y el FMI
Mariela Jara, periodista y feminista del mismo grupo, señaló que tanto el Fondo Monetario Internacional como el Banco Mundial son responsables de los “ajustes económicos y políticos” que se dieron en el país desde los años noventa para ingresar al neoliberalismo.
Dichos ajustes se engendraron en el régimen del expresidente Alberto Fujimori, afectando la soberanía nacional, explicó.
Jara enfatizó que por aquellos años se redujeron derechos laborales y se debilitó la seguridad territorial de los pueblos indígenas, en favor de las inversiones extranjeras.
El “milagro agroexportador”
Sobre el llamado boom agroexportador que supuestamente tuvo el Perú, Rosa Montalvo subrayó que éste se dio con el financiamiento del Banco Mundial, específicamente para el caso de los espárragos.
Señaló que el excesivo cultivo de este producto propicia la escasez de agua, al demandar grandes volúmenes de este recurso para sus producción, y que esto podría empeorar con los efectos del cambio climático.
Jara criticó que el “milagro esparraguero” antes que mejorar las condiciones de vida de la población, ha dado lugar a que mujeres sean explotadas laboralmente, en jornadas de más de 8 horas, con sueldos bajos y con limitados beneficios sociales.
El mal extractivista
Durante su intervención, Gladis Vila alertó que la seguridad territorial de los pueblos indígenas se encuentra hoy gravemente amenazada. Esto debido a que las tierras vienen siendo entregadas en concesión a las empresas, algunas incluso financiadas por el Banco Mundial.
Al respecto, Jara recordó que en 1993 el BM, a través de la Corporación Financiera Internacional, aportó 23 millones de dólares al proyecto minero Yanacocha, en Cajamarca, y que aporto 60 millones adicionales.
Hoy, el Banco Mundial es accionista en el proyecto minero Conga, de minera Yanacocha, con un 5 por ciento de acciones.
Vila y Jara remarcaron que proyectos de este tipo, en los que no se ha consultado a la población ni se ha buscado su consentimiento, afectan significativamente la vida de las mujeres y que son ellas las que muchas veces lideran la resistencia.
Ahondando las contradicciones
Finalmente Jara recalcó que el modelo de imponer los proyectos ha profundizado la desigualdad. Esto se ve en las estadísticas. Cajamarca pese a la importante actividad minera se mantiene como la región con la población más pobre.
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Foto: Jhirely Díaz Oliva/REDCIP