Relatora Especial de la ONU analiza en su último informe lo que viene pasando con ellas en el mundo
Las mujeres y niñas indígenas no solo padecen las violaciones a los derechos humanos que suelen darse contra la población originaria en general, sino que además padecen de otras vejaciones y atrocidades.
Así lo sostiene el informe anual de la Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, Victoria Tauli-Corpuz, presentado el 22 de setiembre ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Múltiples formas de violencia
Un aspecto dramático que presenta dicho informe, a partir de la información que recoge, es que una de cada tres mujeres indígenas ha sido violada.
En algunos casos los responsables son funcionarios estatales o autoridades militares que buscaron “socavar la determinación de las comunidades indígenas en las disputas militarizadas sobre tierras y recursos”, indica.
En otros, esto se da debido a que las mujeres y las niñas indígenas que desempeñan trabajos domésticos en casas particulares se encuentran expuestas a ser abusadas por sus empleadores.
Otro gran problema expuesto es la trata de mujeres y niñas indígenas. Según el informe, al verse obligadas a dejar sus tierras y emigrar a zonas urbanas, se ven altamente vulnerables a múltiples abusos como la explotación y violencia sexual.
Lo mismo ocurre con los proyectos de turismo que se promueven en zonas de importancia para los pueblos originarios, ya que dan origen a la trata de mujeres y niñas, agrega el informe.
El estudio también habla sobre los homicidios por razones de género, crímenes que pueden darse contra las mujeres indígenas “como resultado de su marginación y opresión social, cultural, económica y política, que conduce a la violencia.”
En otro párrafo, el documento se refiere a la violencia en contexto de conflicto, escenario en el que la situación de las mujeres y niñas indígenas es particularmente crítica, puesto que ya están expuestas a múltiples formas de discriminación.
Países como Colombia, Filipinas, Guatemala, México, Nicaragua, Nigeria y Perú, registran mujeres y niñas víctimas de violencia por motivos de género en conflictos, precisa el informe de la Relatora Especial.
Otra preocupación expuesta es la violencia que se da en nombre de la tradición, como la mutilación genital femenina o los matrimonios infantiles, que además de ser una forma de violencia, viola los derechos de los niños a la educación y a la vida familiar, a la vida y a la salud.
Mujeres y libre determinación
El derecho de las mujeres a la libre determinación también es un factor que presenta el informe.
“La respuesta dada por las comunidades indígenas a los ataques contra la libre determinación en ocasiones ha contribuido a subyugar aún más los derechos de las mujeres”, explica el documento.
Explica así que “en la lucha librada por las comunidades indígenas a fin de reivindicar su derecho a la libre determinación, los derechos de las mujeres a menudo se han considerado desintegradores y externos a la lucha indígena y vinculados a “valores externos” o “valores occidentales” que hacen primar los derechos individuales sobre los derechos comunales”.
“Tal falsa dicotomía entre los derechos colectivos y los derechos de las mujeres ha, paradójicamente, arraigado aún más la vulnerabilidad de las mujeres indígenas a los abusos y la violencia”, continúa.
Finaliza ese punto, señalando que “las mujeres indígenas se ven por lo tanto privadas de su derecho a la libre determinación tanto por las violaciones de sus derechos colectivos, en cuanto miembros de las comunidades indígenas, como por las violaciones de sus derechos individuales, como subcolectivo dentro de esas comunidades”.
Para acceder al informe completo hacer clic en el siguiente enlace: