Proyecto amenaza arrasar sus territorios ancestrales y sitios sagrados
Servindi – Representantes de las tribus Munduruku, Apiaká, Kayabi y Rikbaktsa anunciaron su oposición a las cuatro represas hidroeléctricas que el gobierno pretende construir en la cuenca del río Teles Pires, un afluente del río Tapajós, que desemboca en el Amazonas.
Valdenir Munduruku, uno de los dirigentes indígenas, confirmó que las tribus se preparan para “ocupar los sitios de construcción: no pueden seguir haciendo lo que hacen sin ni siquiera escucharnos”, advirtió a las autoridades.
En un primer comunicado conjunto aseguraron que de no detenerse la construcción de las represas hidroeléctricas sus ancestrales lugares de vida común quedarán arrasados.
“El Gobierno construye presas sin realizar estudios ambientales, sin tratar de comprender las consecuencias de la destrucción de la naturaleza en nuestras vidas.” indica el comunicado.
“Se autoriza el funcionamiento de las presas sin dar una respuesta a los pueblos indígenas y dejando sus vidas sin peces, sin agua, sin caza. Tratan de ocultar los impactos negativos sobre nuestras vidas, nuestros ríos y nuestros territorios”, prosigue el pronunciamiento.
“Las presas de Teles Pires y Colider ya mataron a toneladas de peces y miles de animales. Por debajo de las presas los peces también están muriendo en nuestro territorio debido a las inundaciones repentinas y a la bajada incontrolada del río”, concluye las tribus.
Los indígenas habían consultado a distintos técnicos de grupos ambientalistas, que respaldaron la iniciativa de unión para la labor y el comunicado intentaba una posibilidad de acuerdo conciliatorio con el gobierno.
Las tribus de los Munduruku, Apiaká, Kayabi y Rikbaktsa, son conocidos del hombre blanco desde el siglo XIX, cuando –tras luchar entre ellas desde tiempos inmemoriales- formaron una primera alianza que enfrentó la ocupación de tierras y el secuestro de indígenas para usarlos como esclavos.
La tribu de los Munduruku, la mayor del grupo, es la más afectada ya que los proyectos hidroeléctricos, avanzan hasta la zona del bajo Tapajós, incluyendo el área de San Luis, donde viven cientos de aborígenes de la etnia, que no saben la amenaza que se cierne sobre ellos.
Además, los enfrentamientos ya han comenzado más allá de los discursos, desde que los obreros para comenzar la construcción están ya a menos de medio kilómetro de áreas pobladas por indígenas.
Además, el asentamiento para comenzar a erigir el complejo se está desarrollando en un área de sitios considerados sagrados por los habitantes originarios del lugar.
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Con información de la Red 21