Naciones Unidas ha denunciado las continuas violaciones de Derechos Humanos que se producen en la región de las Colinas de Chittagong a pesar de la firma del Acuerdo de Paz entre los indígenas y el Estado en diciembre de 1997, que sigue sin estar vigente.
Este acuerdo acabó con 25 años de operaciones guerrilleras de once grupos de indígenas que pretendían crear un estado independiente en la zona sur de Bangladesh.
Sin embargo, el relator especial de Naciones Unidas para la zona Lars Anders Baer explicó en un estudio reciente que todavía existe una fuerte presencia militar en las Colinas de Chittagong, según informó IRIN, la agencia de noticias humanitarias de la ONU.
“Cuando se presentó la idea del estudio al Consejo Económico y Social de la ONU, la delegación de Bangladesh (…) aseguró que no había indígenas en su país. Esto fue una sorpresa”, comentó Baer.
Raja Devasish Roy, el rey del Círculo Chakma, el mayor grupo étnico de la zona, que también forma parte del Foro Permanente de la ONU en Cuestiones Indígenas, aseguró que la falta de conocimiento sobre la larga historia de independencia de la región está provocando la discriminación de sus habitantes.
“En las Colinas de Chittagong, todos los Objetivos del Milenio (…) están por debajo de la media nacional”, aseguró Devasish.
El estudio muestra el “aumento de las violaciones de Derechos Humanos”, como “los arrestos arbitrarios, la tortura, ejecuciones extra judiciales, el acoso a activistas de Derechos Humanos y violaciones”, comentó el líder tribal.
El informe recomienda que el Estado apruebe la Declaración de Derechos de los Indígenas y que la comisión de Derechos Humanos para Bangladesh investigue estas acusaciones.
Durante los enfrentamientos, unos 70.000 indígenas abandonaron el país mientras que otros 100.000 se vieron obligados a abandonar sus casas y asentarse en otras zonas del país. El informe muestra que los que se fueron han vuelto a la zona, aunque “no hay ningún avance práctico para rehabilitar a las personas desplazadas” en el país.
El ministro de Estado bangladeshí y jefe de la Fuerza de Repatriación de Refugiados Tribales y la Rehabilitación de los Desplazados Internos, Jatindra Lal Tripura, insistió en que la “situación actual es mejor que en el pasado. Ahora hay paz y armonía”.
Según el informe, un tercio del Ejército de Bangladesh está desplegado en las Colinas de Chittagong, que supone una décima parte de la superficie del país. “Son demasiados, desde cualquier punto de vista, especialmente en un país que no está en guerra”, explica.
El estudio asegura que la presencia del Ejército es la principal razón para las violaciones de Derechos Humanos y que la retirada de los campos militares temporales es “crucial para el restablecimiento de la normalidad”.
Además, Baer denunció el “agujero negro” que existe a la hora de recoger información sobre la presencia de los militares en las Colinas de Chittagong y sobre el papel que juega el Ejército en el proceso de paz.
Tierras
El estudio asegura que la reclamación de las tierras es una de las principales cuestiones para la paz, ya que la expropiación de terrenos ancestrales se produce a un “ritmo alarmante”.
Según los activistas, el Gobierno de Bangladesh cree que esta zona esta vacía y puede trasladar a la población pobre donde quiera.
El jefe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Mizanur Rahman, explicó que “el Gobierno nombró a la comisión de tierras (para acabar con las disputas) sin tener en cuenta la opinión de los indígenas. Por ello, los indígenas no quisieron colaborar con ellos”.
El estudio de la ONU recomienda que el Ejecutivo debe crear un calendario para aprobar todas las disposiciones pendiente del acuerdo, advirtiendo de que si no lo consigue podría provocar una “nueva inestabilidad política y el aumento del conflicto étnico en la región”.
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