En esta oportunidad se trata de una beba indígena, cuya vida corre peligro. Denuncian mala praxis del hospital que la atendió, ya que le dio el alta “prematuramente dos veces”. En enero murió un niño qom por la misma enfermedad en esa provincia
Por Infobae
En enero, la provincia del Chaco y el país entero se conmovió con la historia de Néstor Femenía, un niño de la comunidad Qom de sólo 7 años, que murió tras una larga agonía generada por diversas patologías pero, principalmente, porque su organismo estaba extremadamente debilitado a causa de la desnutrición crónica. Ahora, apenas tres meses después, se dio a conocer el nuevo caso de una nena de sólo dos meses de edad.
Se trata de una niña indígena nacida el pasado 26 de febrero en el hospital de la localidad chaqueña de Miraflores con un peso de 2,850 kilos. Vive en el paraje rural Techat 3 y pertenece a una humilde familia, que vive en un marcado estado de vulnerabilidad social y económica.
Desde el Centro de Estudios Nelson Mandela (CENM), que es tal vez una de las ONG que más sabe sobre el problema de la desnutrición en el país y que conoce sobre la problemática de las comunidades indígenas que habitan en El Impenetrable chaqueño, denunciaron que la menor fue víctima de la mala praxis del hospital y reclama su inmediata atención, ya que su vida corre peligro.
Según explicó, la beba permaneció internada entre el 9 y el 13 de marzo en el servicio de neonatología del hospital Güemes de la localidad de Juan José Castelli. La menor ingresó con“desnutrición, hipertermia por hipoaporte e ictericia neonatal”, aunque en la documentación médica no se aclaró el grado de desnutrición que presentaba.
El Centro precisó que la pequeña entró al hospital pesando 2,350 kilos, lo que supone un déficit del 8%, en comparación con el peso que tenía cuando nació. “Para su recuperación nutricional se le proveyó leche maternizada, sulfato ferroso, y polivitamínicos, más antitérmicos. A pesar del deficitario estado de la beba, el 13 de marzo se le dio de alta hospitalaria, que fue netamente negligente y prematura, cuando pesaba 2,510 kilos” y se ordenó un seguimiento “a través del puesto sanitario de Miraflores, que luego no se cumplió con plenitud”, denunció el CENM.
De igual forma, señaló el Centro que en la documentación hospitalaria se volvió a omitir el grado de desnutrición de la beba, que presentaba por entonces un déficit de 7,7%. Dicho cuadro “recomendaba que debía permanecer internada teniéndose en cuenta el ámbito socio-sanitario familiar de carencias extremas” que la rodean y por “el lento proceso de recuperación de masa corporal”. La beba necesitaba, entonces, un amplio aporte alimentario programado, que -dijeron- únicamente lo podía proporcionar el sistema sanitario público en internación.
El relato de la madre
La mamá, identificada como Reina Aranda (22) dijo que la niña fue alimentada exclusivamente con pecho materno hasta su internación en neonatología. Cuando le dieron el alta, se le suministró suplemento de leche materna, que terminó el 25 de marzo. Al ser revisada por el personal médico en su casa, pesaba 2,300 kilos, o sea que presentaba un déficit del 15,8% de desnutrición. “Impresionó la disminución de la masa muscular. Se observó que la niña estaba lúcida, reactiva, aunque levemente enferma, con un apreciable grado de desnutrición”, añadió el CENM.
Su piel estaba fría y presentaba alteraciones generalizadas en la coloración, que “eran violáceas y moteadas”. Presentaba deshidratación, estaba activa aunque sus movimientos eran escasos. Su alimentación no era la mejor y ante el desfavorable panorama, el 3 de abril la beba reingresó al hospital de Castelli, cuando pesaba 2,230 kilos. Permaneció 20 horas en la guardia y al día siguiente ingresó a la sala de pediatría. Estuvo internada hasta el 16 de abril pasado, fecha en la que nuevamente fue dada de alta, de manera “negligente”.
Durante los días que estuvo en el sanatorio, redujo su déficit nutricional al 12,5% porque aumentó un total de 770 gramos. “Esto demuestra que si no hubiera sido dada dos veces de alta prematura, su situación nutricional debería ser hoy más que aceptable”, remarcó la ONG.
“Después de que en el hospital dispusieron el alta, prematura y negligente, la bebé, estuvo sin asistencia plena y controlada. En las últimas dos semanas no se pudo controlar el peso de la beba porque el agente sanitario del paraje Techat no se encontraba en su lugar de trabajo”, informó el Centro Mandela. Por eso, hicieron “un urgente llamado humanitario en demanda de una atención sanitaria integral”.
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Enviada para Combate Racismo Ambiental por Zuleica Nycz.