Embajador de Bolivia, indígena Ayoreo de 28 años, visita el Chaco

Por Marvin Duerksen, em ABC

Filadelfia – El nuevo embajador de Bolivia en Paraguay, el indígena ayoreo Rosendo Alpiri Nomine, visitó este sábado el Chaco Central, invitado por la Unión de Nativos Ayoreos del Paraguay (Unap).

Durante un encuentro con el gobernador de Boqueron, Edwin Pauls; el presidente de la junta departamental, Oscar Rodas; y el intendente local, Holger Bergen; Alpiri Nomine saludó primeramente a los ayoreos presentes en su idioma materno, señalando despues que “me siento como paraguayo y quiere que confíen en mí”.

Indicó que no quiere meterse en la política interna del país, sino trabajar con amistad y hermandad para “calmar” las numerosas necesidades que tienen los pueblos indígenas.

“NO ME SIENTO MENOR”

Manifestó que estuvo recientemente compartiendo con el cuerpo diplomático acreditado en nuestro país “y no me siento menor que nadie”. Fue convocado para esta misión con 28 años, siendo el primer embajador indígena y el más joven representante diplomático de Bolivia.

Se autocalificó como una persona abierta a aprender y colaborar y dejó entrever que al preguntar al presidente Horacio Cartes cómo están los pueblos ayoreos en el país, este le había dicho “no sé”.

“TENEMOS DERECHO DE PROGRESAR”

Alpiri Nomine habló del desarrollo y que no puede haber un desequilibro con la naturaleza, porque el presidente Evo Morales siempre dice que la pacha madre puede vivir sin el hombre, pero el hombre no sin la tierra madre. Indico que es tiempo de que los pueblos indígenas se desarrollen. “Hoy día creo que tenemos el derecho de progresar, no podemos esperar más, debemos liberar nuestra mente”, acotó.

Comentó cómo trabajó en la changa y un día le vino la idea de que quería ser el dueño del inmueble. En otro momento indicó que a veces está muy en contra de las ONG’s “porque meten cosas que no es nuestra realidad, presionan y juntan mucha plata en nuestro nombre”.

También manifestó su sorpresa por el precio del gas, que en Bolivia se consigue por tres dólares una garrafa, mientras aquí cuesta más de 10 dólares. “Esto es una estafa”, dijo agregando que “a veces” los intermediarios hacen subir los precios.

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Enviada para Combate Racismo Ambiental por Isabel Carmi Trajber.