Por Brunilde Palacios (El Negrero), em Argenpress
Negro, moreno, bachaco, etc., todos sustantivos utilizados para calificar racialmente a pueblos que tuvieron su origen en el desarraigo llevado a cabo por el africano e incrementado por los europeos para sacar a Europa de la crisis que la imbuyó las solemnidades del Modo de Producción Feudal…, palabras que no dejan de ser utilizada irónicamente por algunos que no quieren aceptar que su connotación es una realidad y que ella ha cambiado en la medida que ha pasado el tiempo, puesto que han servido para ayudar a construir la idea de individuos, clasificar, discriminar, marginal, a otros pueblos que no son europeos y verlos como folklóricos y no civilizados.
Por lo tanto, los occidentales y los blancos caucásicos, solamente fueron los único pueblos que se les confirió legitimidad como la suprema expresión de lo que hay de humano en la tierra, considerando a los otros, como cruces o culturas que no habían alcanzados ningún tipo desarrollo y habían permanecido todavía en el estadio primitivo, por poseer en su interior instintos barbaros, que debían ser estereotipados como algo diferente y por tal, debían ser expropiados, asesinados, desarraigados, esclavizados, adjetivados y erradicados biológicamente como animales en nombre de la civilización.
Esta interpretación de tal posición etnocéntrica, nos llevó a considerar que no necesitamos seguir deambulando dentro de los marcos intelectuales del siglo XIII y XIX, si es correcto imaginar la solidaridad entre negros/negras y sus descendientes como algo natural y fruto de una atribución de rasgos y valores morales construidos por estos mismos estratos sociales que hoy vienen a conformar el mundo y que han creado una cultura total mente diferente a la africana y europea.
Por lo tanto, nuestros mayores conflictos ocurren, cuando decidimos romper cadenas y asumir posturas propias, que nos diferencian de los demás, al no querer ser y existir en los términos del opresor y negarnos a ponernos las gafas cargadas de estereotipos que nos oprimen y llevan a nuestras poblaciones muchas a veces, a la muerte o locura…, al asumir una conducta que no es la que nos identifica con el grupo de origen.
Es por ello que debemos aprender, asumir el aprendizaje de nuestros epónimos negros/negras que nos dejaron como herencia, los cuales no han servido para la profundización y apropiación, de sus implicaciones para construir un discurso capaz de enfrentar el racismo y el colonialismo, el cual debe ser construido, en base a los constructos consuetudinarios conceptuales disponibles en su tiempo, porque estos imaginarios que poseían una piel negra, manejaban la visión conceptual del iluminismo y enciclopedismo, lo cual les permitió contar con una gran capacidad de movilización…, que en el caso de América Caribeña se hizo manifiesto.
Sin embargo, en este siglo, los pueblos del sur, no necesitamos de los mismos instrumentos, puesto que hemos aprendido que traen dentro de sí, la rectificación y fortalecimiento de nuestra propia opresión. Por esta razón, muchas personas de los estratos negros americanos y caribeños, han elegido reivindicar el término negro/negra, porque fue el que nos permitió tener identidad…, por otro lado, porque nos dio ciudadanía, identidad y originalidad, para vivir una pluralidad de modos, maneras de ser y sobrevivir, en un mundo, que posee un origen que no es africano y que se dio, después que fueron convertidos en esclavos o en propiedad de los europeos en tierra americanas.
Aunque parezca simplemente un juego de palabras para algunos, o la negación para otros, lo que estamos proponiendo es el cambio de una de las más terribles invenciones de la modernidad, la idea que ha naturalizado la creencia que algunos grupos de seres humanos, no son identificados por su producción cultural o condición social o porque son humanos, si no por su color de piel, lo cual permitió que unas cultura se vean como superiores a otras.
Queremos que nuestra vida y muerte no sean definidos por nuestro nacimiento…, como tienen la costumbre de afirmar los historiadores estamos en uno de esos momentos de la historia de la humanidad, en el que uno mira al pasado, en diálogo con su presente, y lucha por las herencias que quiere dejar para el futuro.
Por ello, nos pareces irresponsable asumir tal postura y más aún, cuando se quiere sostener que los africanos fueron pueblos ingenuos que fueron maltratados y sometidos, por europeos, cuando no se quieres asumir que eran muy pocos los que asumían tal aventura, que cuya trayectoria era peligrosa y engorrosa, duraba navegando varios años, y los que lograran llegar al Cuerno de África, llegaban muertos de hambre para adueñarse del Continente Africano, para echar a un lado…, que era un continente inhóspito, poseedor de enfermedades tropicales y que representaba un peligro para los desnutridos europeos que se embarcaron en esa expedición trasatlántica y que su complejidad ambiental ponía en peligro tal expedición, además que para la época África contaba con culturas que tenían avancen científicos, culturales que estaban por encima de las europeas …, pero lo más ingenuo, es que nos quiere vender tal postura…, como que si nosotros, no pensáramos y tuviera capacidad para entender lo que fue el Proceso de Desarraigo que se originó en vasto territorio gobernado por un fuerte sistema religioso y por la dispersión de sus formas culturales que contribuyó al incremento de una serie de guerras internas que supieron aprovechar los europeos, de lo cual no se hace mención y solamente se pone el énfasis, en que los europeos son los culpables del negocio de seres inteligentes, para echar a un lado, que no fueron los africanos los que les impusieron el término de negros/negras a su propia gente, a los cuales dejaron, sin ninguna identidad y lo más triste de todo este proceso, es que quienes controlaban los asientos y se daban a la tarea de intercambiarlos, eran ellos mismos, porque no los consideraban africanos y el usufructo de lo intercambiado le permitía subsanar la dote tribual …, pero por otro lado, se puede notar que algunos intelectuales que asumen una postura de reconocerse como “afro descendiente”, nacidos en la América Caribeña, no se considera americanos, ni caribeño, ni venezolanos…, sino afro descendiente o mejor dicho descendiente de africanos y no reconocen que mientras África le quitó la identidad original a nuestra herencia histórica y los convirtió en negros/negras, América nos la dio y nos convirtió en ciudadanos, con una identidad original.
Por tal razón, creemos que lo negro es más que una construcción colonial y es el producto de la relación que se dio entre los africanos y europeos, donde la peor parte la llevaron los desarraigado negros/negras, producto de la caza e intercambio que trajo como consecuencia que seres humanos inteligentes se convirtieran en esclavos, en tierras americanas y europea que se le deshumanizaran y se convirtieran en objeto para el trabajo duro; lo cual le permitió a los europeos consolidar su saqueo, hegemonía y estabilización en las nuevas naciones consideradas como sus periferias, estableciendo un sistema de producción a punta del látigo y sangre, donde murieron millones de negros/negras e indígenas, habitantes y protectores originarios de estas tierras americana; lo cual cambió la vida de estos seres inteligentes, traídos como animales para poder establecer y consolidar el Sistema de la Trata Negrera.
Por ello, entender la historia no es tarea fácil, y por tal razón, debemos empaparnos de nuestro legado negro para poder asumir posición, no para escondernos en un términos construidos por intelectuales o ajenos a la realidad que vive las poblaciones que se caracterizan por poseer una piel negra, puesto que el término “afro descendiente” niega la venezolanidad, americanidad, caribeñidad y solamente reconoce descendencia africana y lo más triste…, es que se ha venido convirtiéndose, en una especie de dispositivo sublimar para contrarrestar la existencia de las poblaciones negras, que niega la existencia de una carga histórica de más de quinientos años y que se encuentra enraizado en quienes nos encontramos en diferentes partes del mundo.
Esto ha propiciado en varias ocasiones un debate muy interesante sobre el término y su significado, y sobre si es correcto o no su uso, lo cual nos ha permitido llegar a la conclusión, de que tales debates, polémica y encuentro proactivos de consenso, ha alimentado su connotación y han servido para saber ¿Qué lugar corresponde a la población negra en América Caribeña, Asia y Europa? y ¿Cuál es su identidad?, la cual creemos que no está en discusión.
Por ello el término se adapta muy bien a la realidad del continente americano y empieza a tener dificultades cuando se intenta encajar de una manera discriminatoria y xenofóbica dentro de la realidad mundial y ello se debe…, a que las sociedades, se hacen cada vez más complejas y multiétnicas y multiculturales (para no decir diversas); haciendo que se presenten nuevas realidades hasta ahora desconocidas o muy minoritarias que necesitan ser reconocidas.
Por tal razones, consideramos que el término.,
“…negro/a es un palabra que bien puede y debe significar belleza,, solidaridad, orgullo, templanza, sacrificio, raíces e historia.”
Mientras creemos que el término “Afro descendiente” no debe ser utilizado en español como sustituto de la palabra negro, a pesar de que es considerada por muchos despectivamente e impuesta por el esclavista o del racista. La palabra negro/negra significa todo lo contrario, a la conceptualización que le dieron los africanos y europeos en América y varias partes del mundo para desarraigar a seres humanos que eran muy inteligentes y a la vez les sirvió para diferenciar de quien no eran considerados africanos…, aunque su origen pudo tener una acepción despectiva, hoy en día, en muchos sitios se utiliza de una manera muy generalizada, diferente y sin ninguna consideración negativa o peyorativa, a la que utilizan los afro descendientes en Venezuela.
En muchas ocasiones las críticas al uso de esta palabra vienen desde posturas nacionalistas de nuevo cuño que consideran que usar el Afro extranjeriza y desvincula al individuo de su país. El término sirve para agrupar a un número de pueblos con algunas características comunes, totalmente diferentes al de los pueblos africanos…, donde queda pendiente la relación de cada país de Latinoamérica y la reivindicación de su aporte a la identidad nacional, por ejemplo…, a nadie se le ocurre llamar a los colombianos de origen europeo, euro colombianos, o a los de Costa Rica, euro costarricenses, porque se les presupone la autenticidad de su identidad nacional, la cual se les ha negado históricamente a esos descendientes de los desarraigado que fueron estereotipados por la culturas africanas como diferentes a ellas y que en muchas ocasiones ayudaron con su sangre a fundar esos países considerados como colonias por los europeos.
Solo la aceptación como propia de la historia y cultura de los pueblos que tienen como el origen, el desarraigo por los africanos y la afrenta de ser considerados como negros/negras, en sus respectivos países se puede avanzar hacia la normalidad y la no discriminación (cuya aceptación se hace sobre el respeto a la diversidad y no sobre la imposición cultural).
Las nuevas realidades hacen que los negros/negras americanos, adquiera una nueva dimensión. Hoy en Europa viven gran cantidad de descendientes de inmigrantes africanos y caribeños de varias generaciones (los cuales deben ser considerados como afro descendiente, porque son descendientes directos o universales). También ellos sufren los retos de aceptación de sus lugares de nacimiento y la dificultad para ser vistos como nacionales en sus propios países. ¿Qué término utilizamos para definir a la hija de un europeo y una afrocolombiana?, ¿O para definir a la descendente de asiática y afrocubano? El mestizaje y la realidad tan rica que hay en nuestras sociedades hacen reflexionar…, que cada vez sea más difícil hacer un inventario de todo los tipos humanos.
Desde nuestra opinión, no creemos que todo será historia, a pesar que tenemos que cosificar al otro y enmarcarlo en compartimentos para sentirnos más seguros, porque la palabra negro/negra, cumple una función de reivindicación muy necesaria…, sobre todo en la América Caribeña, porque las palabras se pueden conquistar y cuando la conquista de la palabra negro sea total, no será necesario que su uso se utilice en forma peyorativa, sino como sinónimo de orgullo y libertad.