Comentário de Thiago Hoshino, de Terra de Direitos: “A confirmação da sentença de primeiro grau contra a empresa, em nova decisão judicial, faz com que estejamos cada vez mais perto de um marco importante de jurisprudência internacional sobre a responsabilização de empresas transnacionais pela violação de direitos humanos”. TP.
por Benito Bonilla
Entrevista realizada a Pablo Fajardo, abogado de los indígenas y campesinos del norte de la amazonía en el juicio contra Chevron-Texaco, luego de la sentencia dictada por el juez de Sucumbíos el 3 de Enero de 2011.
Agencia Tegantai: Cuál es el significado de fondo de la sentencia dictada por el juez Milton Toral ratificando que Chevron es culpable de contaminar la amazonía ecuatoriana y afectar a miles de personas?
Pablo Fajardo: Los fallos de Febrero del 2011 y Enero del 2012 tienen un significado importantísimo porque han enfrentado a comunidades indígenas y campesinas contra una de las empresas más importantes del mundo, y de paso son el principal elemento que obliga a la empresa a defenderse, como dicen ellos “hasta que el infierno se congele”. Porque lo que buscan es evitar que se marque un antecedente mundial que se puede sembrar con luchas como ésta, que abrirá las puertas para que muchas comunidades del Ecuador y otras partes que han sufrido daños parecidos, puedan plantear demandas en contra de Chevron u otras empresas, y también un precedente que dice que las empresas grandes y poderosas a las que nadie se atrevía a alzarles la voz, ya no son intocables.
AT: ¿Se puede demostrar que Chevron actuó de mala fe?
PF: Existen cinco desastres ambientales que han tenido un reconocimiento internacional: Chernóbil, el derrame del Exxon Valdez, el de la BP en el Golfo de México, el de Chevron en Río de Janeiro el año pasado, Shell en Nigeria. Se puede decir que fueron accidentes, aunque pudieron haberse evitado, claro, pero en el contexto fueron accidentes. El caso Chevron Ecuador no es un accidente, es un sistema operacional diseñado, creo yo, con dos objetivos, el primero causar daño a la gente, aunque a lo largo del proceso se ha argumentado que no hubo esa intención, yo no entiendo cómo, si sabían que sus tóxicos causaban daño a la salud, ponían sus piscinas de desechos cerca de los ríos. El sistema fue diseñado para desaparecer los desechos tóxicos de la manera más fácil y barata. En segundo lugar, la actitud racista de la empresa, para ellos la vida de la población amazónica vale mucho menos comparada con la población norteamericana y de otros países, esa actitud racista la mantuvo mientras operaba y también durante el juicio.
Es lógico que los jueces hayan visto esa actitud abusiva del poder económico de Chevron, y que digan que aquí hay una actuación de mala fe tanto en la operación de la petrolera, como en la defensa del juicio.
Hay datos que se desconocen, como el que sus abogados han dicho varias veces que la amazonía ecuatoriana es un área de la industria petrolera y que allí no debe habitar ningún ser humano. Frases que quien sabe que ahí habitaban pueblos ancestrales antes de que llegue Chevron, se pregunta ¿cómo es posible que se desconozca la existencia de esos pueblos y consideren que la gente que está ahí no vale? Cuando decíamos que sus desechos dañan la salud, su respuesta fue que el petróleo no causa problemas de salud, y que la gente tiene cáncer porque no se lava las manos antes de comer. A más de ensuciarle la tierra, el agua, la vida y causarles la muerte, les acusan de que son cochinos. Esas son, para mí, actitudes tremendamente racistas que demuestran quién es Chevron.
Legalmente, ellos han perdido el juicio en el Ecuador. Dos sentencias condenatorias que recogen gran parte del daño causado en la amazonía ecuatoriana, pero Chevron está empeñada, con todos los recursos y el poder internacional que tiene, en dejar en la indefensión a los indígenas, sin derecho a la justicia. Quieren bloquear que ejecutemos la sentencia. Eso es muy difícil, pero es su intención, y si tienen éxito se afectarían otros derechos colaterales como el derecho a la reparación, a la vida, a un ambiente sano.
AT: ¿Cuál es la razón para que la petrolera haya hecho constantes descalificaciones que han alcanzado incluso a los jueces del Ecuador?
PF: Hubo muchas descalificaciones a jueces, abogados, dirigentes, expertos. En este aspecto vemos dos líneas. La una es pagar millones de dólares a cientos de científicos famosos para que pongan la ciencia a su servicio, eso le ha permitido a Chevron decir que en los casos de cáncer que se supone que existen, en ningún caso se demuestra que haya sido causado por la actividad petrolera, y que no hay cómo probar que ese petróleo es de Chevron. Sin embargo hay datos del sistema de salud pública que muestran que aquí hay más casos de cáncer que en el resto del país, aquí los metales pesados, cromo, benceno, tolueno, están en el agua, en el suelo; ahí está el vínculo directo con la salud de la gente. Y la otra línea es desprestigiar a científicos honestos diciendo que sus informes son falsos. Yo tengo seis juicios contra mí, tres en Estados Unidos y tres en el Ecuador. Nos acusan, por ejemplo, de extorsionar a la empresa, y con ello viene el desprestigio al sistema judicial. Es una estrategia muy fuerte que busca deslegitimar el trámite judicial y la razón de ser del juicio.
AT: ¿Cómo ven el plan de Chevron de plantear constantes impugnaciones?
PF: Yo creo que se están quedando sin opciones. Pese al gasto millonario que han hecho, casi mil millones de dólares para defenderse en este juicio, las opciones que tienen son cada vez menores. Perdieron en Ecuador. La sentencia del 3 de Enero pasado es una sentencia de última instancia. La casación es un recurso extraordinario para revisar una cosa juzgada. Por otra parte, la sentencia ya es plenamente ejecutable, sólo esperamos que la Corte haga su aclaración o ampliación en las próximas dos o tres semanas. Para que Chevron impida que ejecutemos la sentencia debería pagar una caución, un monto que jurídicamente es considerado como una penalidad por provocar una demora en la ejecución de la sentencia y causar un daño a las víctimas y la naturaleza. La caución que fijan los jueces es de casi un 8% del total de la sentencia, es decir unos 1.700 millones de dólares que la empresa debería depositar en una cuenta para impedir que se ejecute la sentencia. Si no deposita esa caución, se podría empezar a ejecutar la sentencia y cobrarla en cualquier parte donde Chevron tiene activos. Un dato adicional, esa caución es un valor adicional al costo de la sentencia.
Si bien tienen algunos recursos que pueden presentar en Estados Unidos, también ahí perdieron. El Juez Kaplan que era un aliado muy importante de ellos les negó un recurso a través de una resolución. La justicia norteamericana está viendo que no es un caso pequeño y sencillo de manejar, con el que se puede jugar fácilmente. Tienen además el recurso del arbitraje internacional, pero hay que aclarar que los arbitrajes no están directamente vinculados con nuestro juicio porque son contra el Estado. Chevron busca imponer a través de un panel de árbitros que el Estado nos prohíba ejecutar la sentencia, violando la Constitución.
Yo veo que en estos escenarios se están quedando sin opciones, herramientas y armas, esa cadena interminable de apelaciones, casaciones, finalmente está llegando al fin. Es lamentable que hayan pasado 18 años para llegar a este punto, pero estoy convencido que en pocos meses, años, siendo pesimista, podremos empezar finalmente una reparación en nuestra amazonía.
AT: ¿Qué propone la Asamblea de Afectados respecto a la reparación?
PF: Dentro de la Asamblea de Afectados se dijo siempre que nuestro sueño, es conseguir una reparación integral. Ahora, pensamos que va a ser difícil concretarla porque pese al triunfo obtenido, algunas categorías de daño ambiental no fueron consideradas por los jueces. Quienes habitamos en la amazonía por 20 ó 30 años, sabemos que los indígenas y campesinos perdieron cultivos, fueron afectados por los derrames de petróleo, sus animales cayeron a las piscinas. En los ’90, Orellana y Sucumbíos estaban entre las provincias más pobres del Ecuador. Los cantones Lago Agrio, Shushufindi, Sacha y Coca figuraban entre los 10 cantones más pobres. Uno se pregunta ¿Cómo una zona que genera tanto dinero para el país tenga la población más pobre? Eso tiene dos explicaciones, primero que la gente perdió y sigue perdiendo muchos activos, y segundo que la gente invierte mucho dinero en salud, el segundo negocio más lucrativo en la zona son las farmacias. Muchos de los problemas de salud se derivan de los problemas ambientales que hay.
Lamentablemente esa parte del daño no va a poder ser reparada porque no hay recursos para ello en la sentencia. Lo mismo sucede con la pérdida del territorio; para que un pueblo indígena conserve su cultura, costumbres y cosmovisión requiere un territorio amplio que le permita vivir en armonía con la naturaleza. Pero sí podemos pensar en una reparación cercana a lo que soñamos. En la limpieza de suelos no vamos a usar las normas vigentes en Ecuador porque son excesivamente permisibles, tenemos normas desarrolladas por nosotros que están dentro del marco constitucional, con estándares más estrictos. Con el fin de que si al final queda un residuo de tóxicos en el suelo, ese residuo no sea un atentado para la vida humana; a ese nivel queremos llegar. Si el daño ambiental abarca muchas cosas, desde el agua hasta el territorio, la reparación debe darse en el mismo sentido.
AT: ¿Apoyarían la propuesta Yasuní para evitar que su experiencia se repita?
PF: En la Asamblea de Afectados se ha reflexionado sobre cómo podríamos apoyar a la iniciativa Yasuní si ganamos el juicio. Los indígenas Siona, Secoya y Cofán dijeron que no les gustaría que lo que pasó con Chevron acá, les pase a otros. Bajo ese contexto, miramos si existe la posibilidad de apoyar económicamente a la propuesta del Yasuní. La gente en la zona tiene muy claro lo que se busca con esta propuesta y que lo que pasó con Chevron acá no vuelva a pasar en ningún otro lugar del mundo. Pueden decir que ninguna empresa opera hoy como lo hizo Texaco y puede ser cierto, pero no pueden decir que esa actividad no provoca daños. Si no hay garantías de que el Estado sancione a las empresas para que no causen más daño a las culturas, al ambiente, sería un error permitir que se destruya ese poco tesoro de los ecuatorianos.
AT: ¿Qué tan importante es que Chevron pida disculpas por el daño moral que causó?
PF: Nunca me esperé que en la sentencia haya esa parte. Cuando vi eso me dio una alegría enorme. Va más allá de lo que haría cualquier juez. Chevron lo ve como una humillación. Sí lo es, pero ¿y la humillación que vivió la gente acá? No es nada raro que en el escenario internacional una corte condene a un Estado a pedir perdón si es que se demuestra que cometió alguna violación a los derechos humanos. Eso es parte de una reparación integral. Ahora veo que hay otros jueces que están aplicando esto. No es una reparación económica o material, es una reparación espiritual. Si la empresa reconoce que hizo un daño, las disculpas son parte de la reparación integral, eleva muchísimo la dignidad de las personas. Yo recuerdo que cuando discutimos esto dentro de la Asamblea, nos preguntamos ¿Qué es más conveniente, que la empresa pida disculpas, o que tenga que pagar el doble por no hacerlo? y la gente dijo clarito: Que pida disculpas. Sería lindo, cuando tengan que pedirlas, un titular que diga “Chevron pidió perdón”, nosotros le hacemos una placa y lo colgamos en el Frente.
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Enviada por Thiago Hoshino.