Entrevista a Stephan Halloy – El impacto del cambio climático en la biodiversidad y los seres humanos es poco conocido

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Del 27 al 28 de Enero se llevó a cabo en la sede de la Comunidad Andina de Naciones en Lima, el encuentro de la Red de Monitoreo del Impacto del Cambio Climático en la Biodiversidad de Alta Montaña de la Región Andina. Conversamos con el Dr. Stephan Halloy, quién nos habla sobre los alcances de esta iniciativa.

¿Cómo y por qué surge esta iniciativa?

La mayoría de las investigaciones alrededor del tema del cambio climático se centran en las variaciones de la temperatura en las montañas por lo que lamentablemente la situación de las biodiversidad, es decir, de las plantas y animales, así como de los seres humanos que habitan en ellas es poco conocida.

Reconociendo la importancia de esta información, un grupo de científicos de la Real Academia de las Ciencias de Suecia y de otras instituciones europeas, desarrollaron la idea de crear un observatorio mundial de los medios ambientes y la biodiversidad de montaña.

En el marco de la I Conferencia Internacional sobre Biodiversidad de Montaña, llevada a cabo en Suiza en el año 2000, presentamos la Iniciativa para la Investigación y el Seguimiento Global de los Ambientes Alpinos, conocida también como GLORIA por sus siglas en inglés.

Esta tiene por objetivo el establecer una red para investigar los impactos del cambio climático en los ambientes montañosos.

La red trabaja con una visión interdisciplinaria. Hay gente con interés en la biodiversidad, el uso de los suelos, los impactos en los mercados locales, en el desarrollo de las plagas y enfermedades, en la preservación de la  biodiversidad y por supuesto, en el impacto de la vida de las personas.

¿Y en qué países andinos se está recopilando esta información?

En América del Sur la red empieza a trabajar desde el 2007. Para definir  los puntos de monitoreo se debió encontrar zonas que ya cuenten con datos recopilados, de investigaciones previas, y en donde se cuente con aliados que estén dispuestos a colaborar con la iniciativa. Hoy existen zonas GLORIA, como las hemos llamado, en Bolivia, Perú, Colombia, Argentina y recientemente en Ecuador, Chile y Venezuela. En el Perú, nuestra área piloto es la Cordillera del Vilcanota en Cusco.

¿Bajo qué criterios se hace?, ¿cómo funciona esta metodología?

Para monitorear la situación de las principales cordilleras del mundo era necesario el definir una metodología estándar que nos permita recoger los datos en el campo.

Una zona GLORIA abarca cuatro cimas de montaña, con diferente altitud pero expuestas a un mismo clima local. Las zonas son marcadas por una malla, cuyas líneas seguimos para observar la misma vegetación cada vez y monitorearla. Registramos desde los líquenes sobre el suelo hasta las rocas, pasando por los cambios de temperatura. Esto nos permite contar con una base de datos referenciales para detectar los cambios y tener una secuencia temporal de los mismos. De este modo, podemos predecir qué ocurrirá en estos puntos los próximos veinte años.

Lo logrado hasta el momento es la capacidad de comprensión sobre los sistemas andinos y la observación de tendencias de cambio.

Mencionó el aspecto humano en el estudio. Siendo los pueblos indígenas los más afectados por el impacto del cambio climático, ¿han sido ellos incorporados a la propuesta?, ¿de qué modo?

En el Cusco hemos realizado talleres con comunidades indígenas para recoger su percepción sobre los cambios que han ido ocurriendo (aumento en la temperatura y en la intensidad de las lluvias) y el cómo se han ido adaptando (a través del control del agua y de las pasturas).

Hemos encontrado una gran degradación del conocimiento y los recursos genéticos. Por ejemplo, se ha visto como el límite altitudinal para el cultivo de la papa y otros tubérculos sube y como esto ha degenerado en la degradación de los suelos. Esto impacta negativamente en la agrobiodiversidad, la economía y los sistemas de vida de estas comunidades.

¿Y sería factible que sean los propios pueblos indígenas quiénes apliquen está metodología y recolecten por sí solos la información?

Todo es factible. La cuestión es tener gente que contribuya a la capacidad de apoyarlos.  En este sentido, la Universidad Nacional Agraria La Molina sería un excelente aliado. Esta es la ventaja de trabajar en red, conectarse y compartir información. Nuestra meta a largo plazo es que esta información pueda ser utilizada por los Estados para la construcción de los planes nacionales sobre cambio climático.

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