Luisa Bejarano: Estandarte indígena por la autonomía de su pueblo en Costa Rica

Aferrada a la pierna de la diputada Carmen Granados espera respuesta oficial

San José, (elpais.cr) – Una mujer recia, de cuerpo y espíritu, quemada por el sol de largas jornadas agrícolas, por tres marchas y una vigilia de nueve meses por la autonomía de los pueblos indígenas de Costa Rica, Luisa Bejarano Montezuma se mantenía esta madrugada y mañana aferrada a la pierna de una legisladora.

Campesina y artesana, hija, madre y abuela de diez, entre hijos y nietos, con 61 años, es una de las coordinadoras del Frente Nacional de Mujeres Indígenas, y la última manifestante que ha logrado mantenerse dentro de un predio de la Asamblea Legislativa para exigir una respuesta de los políticos, entre ellos la presidente Laura Chinchilla.

Tras la represión en la que resultaron golpeados Mariana Delgado, Esperanza Jurado, Sergio Rojas, Heiner Blanco y Pablo Siba, de un grupo de 21 manifestantes indígenas, Bejarano Montezuma se aferró a una pierna de la legisladora Carmen Granados, del Partido Acción Ciudadana (PAC), para evitar ser desalojada del jardín norte de la Asamblea Legislativa.

La acción, más el apoyo de los diputados José María Villalta, del Partido Frente Amplio, y sus compañeros del PAC, Juan Carlos Mendoza, Claudio Monge y Carmen Muñoz, impidió que los uniformados de la Fuerza Pública y la Seguridad de la Asamblea Legislativa la desalojaran del jardín.

Luisa Bejarano hizo tres caminatas desde un poblado Ngobe Bugle, en Conte Burica, en la frontera con Panamá, en el sur de Costa Rica, hasta la Asamblea Legislativa para presionar por la aprobación del proyecto de Ley de Desarrollo y Autonomía de los Pueblos Indígenas.

Además, de innumerables viajes para hablar con diputados y políticos, el año anterior participó en una vigilia que se prolongó durante nueve meses frente al edificio legislativo como parte de la lucha de los pueblos originarios.

“Luisa no se mueve, Luisa resiste”, coreaba un grupo de simpatizantes solidarios con la pelea de los pueblos indígenas por su desarrollo y autonomía.

Para la legisladora del PAC, Carmen Muñoz, esta es una escena desgarradora, de coraje, de fortaleza contra la indecisión, por 17 años, de los diputados de turno, que durante cuatro periodos no han dado respuesta a las demandas de los pueblos originarios, a pesar de tener en sus manos el proyecto de Ley para aprobar, rechazar o archivar.

Los indígenas como Heiner Blanco, de la etnia Maleku, en la Región Huetar Norte, el tema de la autonomía ha sido un ofrecimiento, una promesa de los candidatos a la Presidencia de la República en época electoral, incluida la mandataria Laura Chinchilla.

A pesar de que la protesta fue pacífica, “los indígenas fueron golpeados, vejados, humillados y arrastrados a la fuerza por la policía”, dijo la legisladora Muñoz a este medio.

“Vamos a acompañar a Luisa; ella no se mueve de ahí hasta que tenga una respuesta sobre el futuro de la ley”, aseguró Muñoz, quien minutos antes dialogó con Luisa Bejarano.

La diputada también lamentó que miles de cartas, tres caminatas, decenas de reuniones y una vigilia de nueve meses no hayan calado en el espíritu de los legisladores y políticos para aprobar, rechazar o archivar un proyecto de Ley, que forma parte de un convenio con la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Con Luisa Bejarano, además de gente solidaria, permanecía acompañada esta madrugada, antes del alba, de varios diputados y dos diputadas, en espera a una respuesta sobre la autonomía de los pueblos indígenas de Costa Rica.

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