Egipto y la mutilación de mujeres

Esta foto sin fecha suministrada por el Centro Femenino de Orientación y Conocimiento Legal, muestra a la niña Sohair el-Batea, que murió el año pasado cuando era sometida a una operación de mutilación genital femenina por el médico Raslan Fadi en Egipto. El 20 de noviembre del 2014 se anticipa que un tribunal decidirá sobre el primer ujuicio en Egipto a un médico acusado de mutilación genital femenino. AP Foto: Women’s Center for Guidance and Legal Awareness
Esta foto sin fecha suministrada por el Centro Femenino de Orientación y Conocimiento Legal muestra a la niña Sohair el-Batea, que murió el año pasado cuando era sometida a una operación de mutilación genital femenina por el médico Raslan Fadi, en Egipto. Foto: Women’s Center for Guidance and Legal Awareness

Por Merrit Kennedy, Associated Press

Manshiet El Ikhwa, Egipto – Raslan Fadl, el primer médico enjuiciado en Egipto por cometer mutilación genital femenina, sigue practicando aunque una niña de 13 años murió después que le efectuó el procedimiento. Y en este pueblo del delta del Nilo no le faltan clientes.

Varias niñas y sus familiares aguardaban un día reciente en la sala de espera del mismo edificio al que Soheir el-Batea llegó para su operación el año pasado. Los residentes lo consideran una persona respetada en la comunidad, donde es conocido por sus obras de caridad.

No está claro si algunas estaban en el consultorio para la “circuncisión”, como se le llama aquí, y el médico no quiso hablar con The Associated Press. Pero la popularidad de Fadi demuestra la dificultad de detener la práctica en Egipto, donde se calcula que más del 90% de las mujeres se han sometido a ella, una de las tasas más altas del mundo. La mutilación genital femenina fue penalizada en 2008 y la autoridad religiosa de los musulmanes suníes la declaró peligrosa y sin justificación religiosa alguna. Las Naciones Unidas dicen que parece haber una lenta reducción en la tasa de operaciones, pero siguen siendo generalizadas.

Se anticipa el veredicto en el juicio a Fadi el jueves y, de ser condenado, podría ser sentenciado hasta a dos años de cárcel. Defensores de derechos humanos dicen que el resultado de este caso podría sentar precedente. El padre de Sohair también es acusado en el mismo caso.

Pero aun en el pueblo natal de la víctima, Dierb Biqtaris, pocos se manifiestan contra la práctica.

Rasha Mohammed, una amiga de Sohair, recuerda que la niña estaba asustada antes de la operación y no quería ir. Pero Rasha considera que su muerte fue un accidente y que otras 11 niñas se sometieron al mismo procedimiento el mismo día con el mismo médico y “nada les ocurrió”.

La abuela de Sohair no quiso hablar sobre el hecho aduciendo que ha pasado un año y medio desde entonces y no quiere volver a tocar el tema. “Era su destino”, sentenció.

Emad Hamdi, un trabajador local, dijo que todavía está pensando si llevar a sus hijas a operarse. Según oyó, dijo, sin esa operación una niña sería “sexualmente voraz”, lo que “sería peligroso para ella”, en una justificación habitual. Un término árabe que usan los egipcios para referirse a la práctica es “purificación”.

La mutilación genital incluye la remoción de todo o parte del clítoris y los labios menores (internos). Se practica en 29 países, en su mayoría en África oriental y occidental, y también en Egipto y partes de Irak y Yemen.

En esta foto del 15 de noviembre en Sidfa, Egipto, se ve a la cristiana copta egipcia Hanan Nasha El-Dabra, de 34 años, Dijo que a los 8 años la sometieron a mutilación genital. "No deseo que mis hijas pasen lo que yo pasé. Por eso decidí no hacérselo", afirmó. Todavía padece de infecciones causadas por la operación. (AP Foto: Nariman El-Mofty)
En esta foto del 15 de noviembre en Sidfa, Egipto, se ve a la cristiana copta egipcia Hanan Nasha El-Dabra, de 34 años, Dijo que a los 8 años la sometieron a mutilación genital. “No deseo que mis hijas pasen lo que yo pasé. Por eso decidí no hacérselo”, afirmó. Todavía padece de infecciones causadas por la operación. (AP Foto: Nariman El-Mofty)
En esta imagen del 15 de noviembre del 2014, la cristiana copta egipcia Manal Nasef Fahmy, de 35 años, posa para la foto con su hija Marina, de 17 años en Sidfa, Egipto. Las dos fueron sometidas a mutilación genital femenina. "La matrona vino a nuestra casa. Mi padre me llevó lejos para que yo no oyera los gritos de mi hermana menor cuando era operada. Yo fue la siguiente después de mi hermana y nunca lo olvidaré", dijo. Manal hizo que un médico "circuncidara" a su hija Marina sin anestesia. "Decidí que fuera circuncidada antes de instruirme al respecto. Siempre lo lamentaré", afirmó. (AP Foto: Nariman El-Mofty)
En esta imagen del 15 de noviembre del 2014, la cristiana copta egipcia Manal Nasef Fahmy, de 35 años, posa para la foto con su hija Marina, de 17 años en Sidfa, Egipto. Las dos fueron sometidas a mutilación genital femenina. “La matrona vino a nuestra casa. Mi padre me llevó lejos para que yo no oyera los gritos de mi hermana menor cuando era operada. Yo fue la siguiente después de mi hermana y nunca lo olvidaré”, dijo. Manal hizo que un médico “circuncidara” a su hija Marina sin anestesia. “Decidí que fuera circuncidada antes de instruirme al respecto. Siempre lo lamentaré”, afirmó. (AP Foto: Nariman El-Mofty)

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