El BNDES, la industrialización de sudamérica y la biodiversidad como prioridad

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¿Cuál es el rol del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil en la región de sudamérica? ¿Cuál es su responsabilidad social y ambiental en los megaproyectos que financia? ¿Cuáles son los estándares ambientales que se deben forjar en la región? Estos y otros temas aleatorios son examinados en el siguiente artículo por Oscar Guerrero Bojorquez.

El BNDES, la industrialización de sudamérica y la biodiversidad como prioridad

Por Óscar Guerrero Bojorquez*

Servindi, 14 de julio, 2014.- Inmersos en una época caracterizada por el avance desenfrenado de las tecnologías de punta y la expansión de los grupos monopólicos más allá de sus fronteras de origen, los planes de integración regional retoman vigencia apareciendo como la única alternativa encaminada a hacer realidad el sueño desarrollista de Suramérica. En este contexto y ante la necesidad de hacer frente a la nueva arquitectura del poder mundial nació la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR). Desde el punto de vista de la geopolítica la concepción de la UNASUR es por demás atinada entendiendo que en la actualidad los destinos de los habitantes del planeta son regidos por un mundo multipolar donde la idea misma del progreso cuenta con diversas interpretaciones.

Actuar en bloque y con una sola voz para enfrentar los grandes desafíos y eventuales amenazas externas es acaso la apuesta más sensata que hayan realizado los estados de América del Sur en los últimos años. Y aunque falta mucho para constituir un bloque sólido, la existencia al día de hoy de órganos regionales que diseñan estrategias para combatir los problemas más álgidos que aquejan a la región es una señal positiva. En esta línea de acción UNASUR asumió la implementación de los Ejes de Integración y Desarrollo que elaborara la Iniciativa de Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA). La llegada al poder de gobiernos con una orientación crítica respecto al modelo de libre mercado y a las recetas económicas neoliberales ideadas por los organismos financieros internacionales, dio pie a nuevas propuestas de desarrollo.

Brasil se convierte desde entonces en el país que asume la condición de líder regional basado en su envidiable ubicación geográfica, la gran diversidad de recursos naturales, las relaciones con otros polos de desarrollo, su pertenencia al grupo de países emergentes BRICS y su poderío económico. En este acápite quisiéramos destacar el rol que juega el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) tanto dentro como fuera de Brasil. Fundado en 1952 el BNDES cuenta con directivos nombrados por el presidente de la República y su estructura supone la integración de tres subsidiarias: FINAME, BNDESPAR y BNDES PLC. Tras pasar por diversas coyunturas la entidad ha estado siempre al frente del proceso de industrialización del gigante sudamericano.

A lo largo de su historia el banco tuvo actuaciones contrapuestas amoldándose a los vaivenes de las distintas corrientes políticas que gobernaron Brasil. Así, en la década de los 90 fue el órgano responsable del Programa Nacional de Desestatización que a la postre originó que los niveles de desigualdad social se estanquen. Con el ascenso al poder del Partido de los Trabajadores de Lula Da Silva BNDES pone mayor énfasis en fortalecer los ámbitos social y ambiental de sus políticas y toma parte activa en el ambicioso plan de industrialización de Suramérica. Pero aún mantiene importantes pasivos ambientales y sociales que está obligado a subsanar en el futuro inmediato.

Sin ninguna intención de rebajar la importante labor que viene realizando BNDES en Brasil y Sudamérica, el presente material pretende advertir y en algunos casos denunciar las políticas poco transparentes que aplica la entidad financiera en términos socio-ambientales (desde el punto de vista de organizaciones internacionales de la sociedad civil, lo cual ha dado cabida a una peligrosa incubación de conflictos sociales y descontento de las comunidades. Al mismo tiempo hablaremos del respaldo financiero del BNDES a empresas que vienen aplicando adecuadas políticas socio-ambientales en sus proyectos. Pensamos que BNDES podría desempeñar un papel aún más decisivo en el proceso de transformación de la infraestructura en la región  En particular revisaremos la actuación del Banco en el financiamiento de proyectos culminados y por emprender.

Entre los casos más emblemáticos de proyectos con participación de capitales del banco sobresalen:

1. Proyecto Hidroeléctrico Garabí-Panambí.

Comprende el emplazamiento de dos represas que se instalarán en la cuenca del río Uruguay, en la frontera entre Brasil y Argentina. La represa de Garabí prevé inundar grandes áreas de las provincias argentinas de Corrientes y Misiones y del estado Río Grande do Sul de Brasil. BNDES financiará el 70 por ciento del costo final del proyecto. La convocatoria a licitación de la obra está programada para el año 2015 y en la actualidad se están analizando los factores de prefactibilidad pero el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) no ha sido presentado hasta el momento.

Los gobiernos de Argentina y Brasil expusieron que el diseño de este megaproyecto se circunscribe al ordenamiento jurídico de ambos países. Sin embargo las fases previas a la construcción de la represa se desarrollan sin consulta previa alguna, sin acceso a información detallada, situación que evidencia una alarmante falta de transparencia por parte de los consorcios y estados involucrados.

Esto último ha generado malestar en las poblaciones locales puesto que la ejecución de la obra conllevaría a la modificación de los microclimas locales como lo apunta el estudio de Hernán Medina en un documento alusivo al tema (1). Naciones Unidas y otros estudios independientes dieron recomendaciones en el sentido de no hacer represas en zonas tropicales y subtropicales ya que de lo contrario se crearían las condiciones favorables para el desarrollo de enfermedades como la esquistosomiasis que la padecen hasta 15 millones de brasileños y se asocia a la alteración del régimen de los ríos.

Se espera que las comunidades sean tomadas en cuenta para iniciar un proceso de negociación abierto y público. Lo ideal sería que se anuncie la suspensión del proyecto como lo piden organizaciones internacionales expertas en la materia. Ningún progreso puede tener lugar si destruimos el hábitat natural y provocamos enormes daños colaterales.

2. Proyecto Central Hidroeléctrica Chaglla.

Se localiza en los distritos de Chaglla y Chinchao, sobre la margen izquierda del río Huallaga, en el departamento de Huánuco. Cuando las obras finalicen en el año 2016, el proyecto se convertirá en la segunda hidroeléctrica más grande del Perú con aproximadamente el 13% de la capacidad instalada de energía.

La empresa encargada de su construcción por parte del sector privado es Generación Huallaga, subsidiaria de Odebrecht. Los inversores son el BID y el BNDES. Con la presencia del BID se tendrá presente la aplicación de políticas de salvaguardas sociales y ambientales Es uno de los pocos proyectos donde el impacto al medio ambiente es mínimo. Se cuenta con un EIA ya aprobado y accesible al público previa solicitud.

El área protegida más próxima a la obra se encuentra a 30 Km. de distancia. No se registra la presencia de comunidades indígenas en la zona, en virtud de lo cual no serán afectados los derechos humanos de ningún residente. Más aún, la empresa ejecutora ha implementado programas sociales y ambientales de gran relevancia para la conservación de la biodiversidad. El primero de ellos es el Programa de Rescate de Flora y Fauna que comprende el trabajo conjunto con la Universidad Nacional Agraria de Tingo María para evaluar riesgos de extinción de algunas especies y realizar investigaciones para el mantenimiento del ecosistema fluvial. También se está ayudando a las comunidades a crear planes de desarrollo urbano y otras medidas orientadas a luchar contra la pobreza. Otro programa es el de Capacitación Profesional Gratuita en las áreas donde opera la empresa, cuyo objetivo central es que en la zona exista más mano de obra calificada para diversos proyectos.

Otros casos llamativos

No menos relevantes resultan los proyectos con una posible participación del BNDES. En concreto hay dos casos llamativos. Uno es el Complejo Kirchner-Cepernic en Argentina destinado a generar el equivalente al 10% de la energía instalada en el país. A la fecha se desconoce el alcance de los impactos socioambientales toda vez que la obra se encuentra en proceso de licitación. Sólo cuando se conozca el nombre de la empresa ejecutora se procederá a la elaboración del EIA que posteriormente será sometido a la consideración de la ciudadanía.

El costo de la obra ascendería a los 4 100 millones de dólares teniendo un plazo de construcción de cinco años. La preocupación mayor es que en el pliego licitatorio del año 2012, que cabe aclarar no es un EIA y por lo tanto debe considerarse únicamente como un estudio preliminar, se identificaron algunos impactos negativos: la red de drenaje natural sufrirá desvío de cauce, se alterarán paisajes por la pérdida de suelo por erosión, desaparecerán matorrales y estrato herbáceo, habrá desplazamiento de especies de fauna, entre otros.

El segundo proyecto es la Central Hidroeléctrica de Inambari en Perú enmarcado dentro del Acuerdo Energético Perú-Brasil firmado en el año 2010 que tiene como objetivo central el suministro de electricidad al Perú y la exportación de excedentes al Brasil. La represa posiblemente se construirá en la cuenca del río Inambari entre las regiones Cusco, Puno y Madre de Dios. Se espera que la Central se convierta en el primer generador de energía eléctrica en el Perú con una potencia de 2200 megavatios.

Aunque no se conoce de fuentes oficiales, hay informes y artículos que deslizan la posibilidad de que el BNDES sea uno de las entidades que financie este proyecto cuya inversión total asciende a los 4 900 millones de dólares. Así mismo uno de los riesgos más importantes es que el embalse origine el incremento de vectores de enfermedades como malaria, fiebre amarilla, dengue, entre otras. Nuevamente aquí conviene estar atentos para exigir que los arreglos entre el estado peruano y los posibles inversores (como el BNDES, según fuentes periodísticas) sean lo más transparente posible.

Descritos solo algunos de los casos  donde el BNDES ha participado y podría participar, es claro que la entidad puede y debe ir mejorando sus estándares de transparencia y acceso a la información con el fin de evitar la generación de conflictos sociales con altos costos.

De otro lado, la UNASUR debería propiciar la creación de bancos de desarrollo del nivel del BNDES en distintos países del bloque de acuerdo a las posibilidades de cada estado. Los problemas de Suramérica son problemas estructurales, de falta de obras emblemáticas, de carencia de infraestructura para el libre movimiento de personas y capitales, de falta de cuadros profesionales del más alto nivel, de paradigmas de desarrollo occidentales impuestos a la fuerza y que a menudo destruyen la identidad cultural de los pueblos indígenas. Pero ya estamos confiando en nuestras propias fuerzas y apostando por nuestros pueblos. Los entes que quieran financiar enormes proyectos de desarrollo deberán incluir en sus políticas las necesidades y los deseos de los pueblos oriundos.

Si bien es cierto el BNDES tiene que dar respuesta a las deficiencias observadas en el financiamiento de otros proyectos regionales como el Complejo Hidroeléctrico de Belo Monte (Brasil), el Proyecto Carretero Corredor Norte (Bolivia), el Proyecto Potasio Río Colorado, el Proyecto Bayóvar y Bahía de Sechura (Perú), el papel que juega en el marco del proceso de industrialización de Suramérica es difícil que pueda ser reemplazado por otro agente de su talla. Las preocupaciones que muestran diversas organizaciones no gubernamentales y de defensa de los derechos ambientales e indígenas por lo común son válidas pero se basan en informaciones de segunda mano como las mismas oenegés lo afirman. Razón por la cual es imposible establecer la responsabilidad directa del Banco en la ejecución de proyectos que ha financiado. Y con esta última aseveración no pretendemos defender al banco sino más bien criticar el hecho de que una sola visión de desarrollo permite justamente este tipo de comportamiento. BNDES tiene que democratizarse, despojarse de esa carga pesada que supone convivir en un sistema de  libre mercado que quiere engullirse todo y a todos.

Por otro lado, reconforta leer críticas constructivas respecto del desempeño que ha tenido el banco. Por eso es saludable que existan documentos especializados que sugieren alternativas de solución a ciertos aspectos del funcionamiento del BNDES. Por ejemplo el libro “Lineamientos para la Discusión. Implementación de una Política de Acceso a la Información para el BNDES“(2) redactado por diversas organizaciones regionales de la sociedad civil puede servir de guía  para subsanar los baches identificados en este campo.

Dicho esto, no es aconsejable jugarse el todo por los estándares sociambientales que manejan organismos internacionales como el BID, el Banco Mundial o el FMI al momento de identificar los ejemplos a seguir. Todos los organismos señalados son corresponsables de muchos de los males que aquejan hoy a la región. Las prácticas especulativas, los falsos conceptos de desarrollo, las recetas económicas para salir del “hoyo”, los planes de ajuste y reactivación de nuestras economías, las injustas condiciones para competir en otros mercados, la nula transferencia de tecnología, la austeridad en los presupuestos nacionales y la corrupción galopante son indicadores a tenerlos bien en cuenta para saber cuál es el lado correcto.

Los mismos países pueden establecer estándares de acuerdo a las peculiaridades de su territorio y las características de sus comunidades. La internacionalización de los estándares es una idea buena, pero aún no está acabada. Si alguna lección tienen que sacar los suramericanos luego de la debacle del neoliberalismo es que debemos confiar en nuestras propias fuerzas y apostar por nuestra gente. Ciertamente aquello no será fácil, ningún organismo internacional ve con buenos ojos que exista un banco brasileño que esté financiando proyectos de desarrollo en muchos países de la región. Nuestra gente tiene que prepararse para hacerse respetar y repeler unidos cualquier forma de chantaje capitalista.

La industrialización de Suramérica ha comenzado y la consigna es progresar basándose en nuestras propias particularidades y priorizando la biodiversidad. Porque valorando los aportes de las distintas comunidades y su cosmovisión a la hora de levantar los andamios de construcciones enormes estaremos aportando con un nuevo modelo de desarrollo que sepa conjugar el progreso tecnológico con la sabiduría popular.

Notas:

(1) Casos Paradigmáticos de Inversión del BNDES en Sur América. Necesidad y Oportunidad para mejorar políticas internas. Pag. 19. Lima, 2014. Hernán Medina, Inés Rivera, María Marta Di Paola y otros.

(2) Lineamientos para la Discusión. Implementación de una Política de Acceso a la Información para el BNDES. Pag. 37. Lima, 2014. Varios Autores.

Bibliografía:

– Casos Paradigmáticos de Inversión del Banco nacional de Desarrollo  Económico y Social de Brasil (BNDES) en Sur América. Necesidad y Oportunidad para mejorar políticas internas. Lima, 2014. Varios Autores

– Lineamientos para la discusión. Implementación de una política de acceso a la información para el BNDES. Lima, 2014. Varios Autores.

– La negociación en las actividades de hidrocarburos. Lima, 2013. Irene Ramos Urrutia, Bettina Reyna Ugarriza, Luis Hallazi Méndez y Pilar Camero Berríos.

– El Acuerdo Energético Perú-Brasil. Los casos Inambari y Pakitzapango. Lima, 2011. Derecho Ambiente y Recurso Naturales (DAR), Asociación Servicios Educativos Rurales (SER) y Central Ashaninka del Río Ene (CARE).

– Matriz Energética En El Perú y Energías Renovables. Lima, 2012. César Gamboa Balbín y Vanessa Cueto La Rosa.

– La IIRSA. ¿Una propuesta integradora? Bogotá, 2007. Carolina Salazar, Paula Álvarez Roa, Vladimir Sánchez y otros.

– Perú. A Country of Opportunities. Lima, 2011. Private Investment Promotion Agency-Peru (ProInversión).

– El Mundo Indígena 2014. Copenhague, 2014. Grupo Internacional de Trabajo Sobre Asuntos Indígenas IWGIA. Varios Autores.

– Selva Vida. De la Destrucción de la Amazonía al Paradigma de la Regeneración. Lima, 2013. Stefano Varese, Frédérique Apffel-Marglin y Roger Rumrrill.

– Los otros derechos de los pueblos indígenas. Aproximación a los derechos a la libre determinación y a beneficiarse de la explotación de recursos naturales en sus territorios. Lima, 2012. Juan Carlos Ruiz Molleda.

– Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Nueva York, 2007. Naciones Unidas.

– El Desafío de la Declaración. Historia y Futuro de la Declaración de la ONU sobre Pueblos Indígenas. Copenhague, 2010. Claire Charters y Rodolfo Stavenhagen.


*Óscar Guerrero Bojorquez es magíster en Periodismo y especialista en Problemática Internacional.

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