Mujeres por la Selva

Mujeres_por_la_SelvaLa violencia y la injusticia asoman en cada rincón, amenazando con truncar la acción femenina en defensa de la vida y la naturaleza. Aquí presentamos algunos grupos de mujeres y su trabajo

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Panamá: por la dignidad de las mujeres indígenas en resistencia El gobierno panameño incumplió su palabra y autorizó la explotación minera e hidroeléctrica en su territorio. Cuando la Comarca es amenazada, los Ngäbe-Buglé trabajan en conjunto. En febrero 2012, indígenas Ngöbe Bougle reaccionaron saliendo a la calle. Fueron ocho días de protesta. El saldo: represión, dos muertes bajo investigación, agresiones sexuales a mujeres por parte de la policía y decenas de heridos. En el largo proceso de resistencia, las mujeres Ngäbe han demostrado en las manifestaciones y en las protestas en el río Tabasará, en Changuinola, en ciudad de Panamá, que la defensa de la vida y la naturaleza también es una cuestión femenina. La cacica general del pueblo Ngäbe-Buglé Silvia Carrera se ha convertido en un símbolo de resistencia en Panamá. Ella junto a otras compañeras y compañeros ha liderado con dignidad la resistencia a las mentiras y la brutal agresión del Gobierno. Esta mujer Ngäbe, de Alto Laguna, corregimiento de Cerro Pelado (distrito Ñurum), participa de forma activa en la lucha de su pueblo desde que tiene 13 años.

Colombia: mujeres desaparecidas, amenazadas y violentadas El 17 de febrero se cumplió un año de la desaparición en el departamento del Valle del Cauca de la ingeniera ambiental Sandra Viviana Cuéllar Gallego, activista y artista, nacida en Cali hace 26 años. Hoy aún no se sabe quienes fueron los autores de este crimen que hasta ahora está impune. Desde la Fiscalía colombiana no se ha dado mayor información sobre la investigación y sus avances. A Viviana le faltó la protección y seguridad que también necesitan otras muchas mujeres en su país. Como Rosalba Córdoba, lideresa afrodescendiente que maneja la embarcación de su comunidad en la cuenca del río Cacaricá, una firme defensora de los derechos humanos, mujer inquieta y práctica, al igual que firme a la hora de denunciar operaciones militares y paramilitares en su territorio. O como Yahaira Salazar, joven poeta también de origen afro, que conoció desde niña en carne propia lo que significa el desplazamiento forzado y las mentiras urdidas por el estado colombiano alrededor de la desmovilización de los paramilitares. O Emilsen Manyoma, joven madre que en medio del control militar y paramilitar consentido por el

Estado en el Bajo Calima y San Juan se opone al narcotráfico afirmando su derecho a la producción limpia, a la soberanía alimentaria, a la protección de la biodiversidad. Luz Marina Cuchumbe, mujer indígena y madre de seis hijas e hijos, una de las cuales fue ejecutada extrajudicialmente y luego presentada por diversos medios de comunicación de masas como guerrillera junto al compañero que murió a su lado y a un superviviente. Ellas no constituyen casos aislados, sino que forman parte de una terrible realidad social para las mujeres.

Mujeres ecuatorianas construyendo del Buen Vivir La Asamblea de Mujeres Populares y Diversas del Ecuador – AMPDE expresó en enero 2012 su voz de rechazo al comienzo de cualquier actividad minera en el país. Como alternativa, apuestan por la construcción del Buen Vivir como eje de desarrollo. En un manifiesto afirman que “propuestas extractivistas lejos de traer bonanza para todos y todas, serán causa de conflictos, tensiones, violencia y división social, perpetuando la pobreza y la desigualdad”. Es urgente caminar hacia un nuevo modelo de desarrollo post-extrativista, basado en el cumplimiento de los derechos de la naturaleza y soberanía sobre nuestros recursos naturales. Rechazan también la criminalización de la protesta que sufren mujeres y hombres que participan de la organización social en su país. Otra organización, Mujeres Defensoras de la Pachamama, conmemoran el día 8 de Marzo bajo el lema “Mujeres de las Américas resistiendo a la minería”.

México: Indígenas Zoques chiapanecas por la tierra y la propiedad comunal En el conflicto territorial en la selva de los Chimalapas entre los estados mexicanos de Oaxaca y Chiapas, las mujeres indígenas zoques juegan un papel fundamental. Junto a otras mujeres, María García, presidenta de la Coordinación en Defensa del Territorio y los Recursos Naturales en la Zona Oriente de Oaxaca, participa activamente en la resistencia pacífica en las comunidades de San Antonio y Benito Juárez, contra la creación de un municipio chiapaneco en su territorio comunal que pertenece al estado de Oaxaca. Las mujeres zoques reprochan al gobierno de Oaxaca su desinterés, y exige que apoye esta protesta. Se trata de un conflicto agrario por la posesión de 47 mil hectáreas de selvas y bosques que enfrenta a zoques con ganaderos y talamontes chiapaneco desde hace más de 50 años. “Nuestros antepasados legaron la madre tierra; entonces nosotros tenemos que salvaguardarla también para heredarla a nuestros hijos, a nuestros nietos, a quienes vendrán después”, dice la indígena.

Honduras: ¡Ni golpes de Estado ni golpes a las mujeres! En noviembre de 2011, Feministas en Resistencia hondureñas repudiaron la masacre de campesinos en la región del Bajo Aguán. A pesar de la grave situación para los derechos humanos y para las mujeres en su país, denuncian públicamente que los asesinatos de campesinos son atribuidas al ejército paramilitar organizado por el terrateniente Miguel Facusse Barjum. Este habría atacado a los campesinos mientras descansaban y cuidaban de sus tierras. Demandan al régimen encabezado por Porfirio Lobo Sosa que los crímenes no queden en la impunidad y le hacen responsable de la escalada de violaciones de los derechos humanos del pueblo hondureño. La impunidad galopante refleja la incapacidad para investigar y castigar estos homicidios cometidos contra el pueblo en Resistencia.

Bolivia: Nunca más violencia contra la mujer indígena Cuatrocientas mujeres indígenas representantes de 34 pueblos del oriente, chaco, amazonía y Tierras Altasmarcharon a lo largo de 65 días en 2011 junto a sus esposos, hijas e hijos, hermanas y hermanos en defensa de su territorio amenazado por la construcción de una carretera. Durante la VIII Marcha Indígena en Defensa del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure TIPNIS se produjeron de parte del Gobierno machista y autoridades diversos ataques contra las mujeres -que se encuentran debidamente documentados. Destacamos la falta de justicia para procesar a los responsables de la represión policial ocurrida el 25 de septiembre de 2011.

12-11_Art_Derechos_humanos_interiorEse día llegó una orden de dispersión de la Marcha. Aproximadamente 600 policías cercaron a quienes venían marchando, gasificaron el campo que ocupaban y reduciendo violentamente a quienes protestaban fueron alejados de su ruta. Las mujeres indígenas fueron reprimidas, maniatadas, amordazadas, golpeadas. Obligadas a esconderse en el monte, a saltar al río, despojadas de sus hijos e hijas, alejadas de sus esposos, privadas de sus pertenencias que fueron destruidas. Pero ellas fueron valientes para plantear la defensa de sus derechos constitucionales y continuar la caminata de 602 kilómetros hasta la sede de Gobierno donde todo el grupo hizo escuchar sus reivindicaciones. Así lograron el objetivo de detener la construcción de la carretera que partiría en dos mitades. Pocos meses después de este logro que dio la vuelta al mundo, la exuberante naturaleza enfrenta una nueva amenaza: el Gobierno busca activar nuevamente el proyecto vial y ha comenzado una persecución judicial contra las mujeres líderes de la VIII Marcha y otros compañeros y compañeras defensoras de los derechos indígenas. Ver reporte. Mujeres del Movimiento sin Tierra de Brasil en lucha por la reforma agraria En Brasil, los grandes latifundistas acaparan enormes extensiones de tierra, mientras miles de familias no tienen acceso a la tierra. Por ejemplo, extensas áreas de cultivo han sido usurpadas para implementar monocultivos de eucalipto. El Movimiento de los Sin Tierra lucha incansablemente por la reforma agraria, denunciando la lentitud del proceso y llevando a cabo ocupaciones de tierras, campamentos y asentamientos.

Así sucede también en plena mata atlántica, en el estado de Bahía. En el municipio Alcobaça-Bahia la madrugada del 1 de marzo de 2012, 1150 mujeres campesinas del MST, de varios campamentos y asentamientos de la región ocuparon la hacienda Esperança, propiedad de la empresa Suzano Papel Celulose. El objetivo central de la ocupación es denunciar el destrozo social y ambiental que provocan las grandes empresas de eucalipto en la región. Expulsión del campo, desempleo, pobreza y desigualdad social son las consecuencias directas. Las mujeres piden una reforma agraria real, mayor agilidad en el proceso y un mayor interés por parte de las autoridades. En el estado de Bahía son 23 mil las familias acampadas del MST, algunas desde hace 8 años. Esta es la segunda ocupación en el Extremo Sur de Bahía, y el sexto año consecutivo que las mujeres del MST realizan acciones visibles y reivindicativas de la mujer campesina y sus problemas durante el 8 de marzo, día de la mujer trabajadora.

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