“Los pueblos andinos también tienen derecho a ser consultados” sostiene Chirapaq

Comunidad quechua de Vilcashuamán. Imagen - Chirapaq
Comunidad quechua de Vilcashuamán. Imagen – Chirapaq

Servindi, 5 de mayo, 2013.- El Centro de Culturas Indígenas Chirapaq rechazó el que se pretenda cuestionar quiénes somos indígenas y manifestó que el racismo y la discriminación obstaculizan el identificar como indígenas a los pueblos andinos, una controversia superada hace años por las Naciones Unidas.

“El cuestionar si los pueblos andinos son indígenas o no es usado como estrategia por un sector del gobierno que teme que la aplicación de la consulta previa en el Perú reduzca las inversiones y frene el acelerado crecimiento económico que nuestro país experimenta en años recientes” indicó Chirapaq.

Sectores del gobierno quieren restringir y reducir al mínimo posible lo indígena, circunscribirlo a espacios geográficos definidos y reducir el número de pueblos y comunidades a ser consultados estableciendo criterios que no forman parte de lo establecido en el Convenio sobre Pueblos Indígenas núm. 169 de la Orgnización Internacional del Trabajo (OIT).

Conservar todo o en parte las instituciones y la cultura originaria es un pretexto para sostener que en realidad no hay pueblos indígenas en nuestro país o que su presencia es mínima, apuntó Chirapaq.

Circunscribir a los pueblos indígenas dentro de comunidades congeladas en el tiempo “es una visión esencialista y cerrada de lo que significa ser indígena hoy en pleno siglo XXI, cuando la identidad trasciende el ámbito de las comunidades y alcanza también las urbes y se transforma y renueva constantemente con el paso de la historia”.

La identidad indígena “recae más bien en una reflexión íntima, personal, sobre nuestros orígenes, el espíritu del vivir colectivo y la cultura de nuestros antepasados tal y como lo señalan instrumentos internacionales como la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas”.

Chirapaq llamó a la sociedad en su conjunto, para abrir nuestras mentes y despertar nuestro aletargado sentido de la justicia y la democracia, a fin de no permitir que la demanda de bienestar económico restrinja aún más los derechos de compatriotas históricamente excluidos.

Consideró que la consulta permitiría un mayor control sobre el manejo de nuestros recursos naturales, brindándole la oportunidad a aquellos que los han preservado, de aportar en estas decisiones con miras hacia una nueva visión de desarrollo sostenible, que asegure este legado a las generaciones futuras y en beneficio de todos.

Herencia dolorosa

En el Perú el auto reconocerse parte de un pueblo indígena es un proceso reciente, que arrastra taras y herencias dolorosas de racismo y discriminación relacionadas con la denominación peyorativa de indios.

Esa carga intentó ser superada con el nombre de campesinos, que en la práctica, ha significado una fragmentación cultural y social, de la cual han sacado partido diferentes gobiernos y empresas, prosigue la nota informativa de Chirapaq.

“No resulta pues extraño que se cuestione además el que las comunidades de la costa no sean incluidas dentro del proceso de consulta, en previsión de que los proyectos agroindustriales sean sometidas a dicho instrumento”.

Reconocimiento nacional e internacional

En 2009 el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial (CERD) comunicó al Perú que el uso de los términos “comunidades campesinas” y “comunidades nativas” corresponden a la categoría de “pueblos indígenas” y que por lo tanto, estas también tienen derecho a ser consultadas.

Ese mismo año, la OIT, señaló que las comunidades campesinas, independientemente de su denominación, también son sujetas al Convenio sobre Pueblos Indígenas núm. 169 por contar con una cultura y estructura social y económica propias y estar regidas por sus propias costumbres y tradiciones.

En el Perú la Ley Nº 27811, que establece el régimen de protección de los conocimientos colectivos de los pueblos indígenas, establece que no es necesario el uso del término “indígena” para asegurar la protección de los derechos de las comunidades originarias.

La Defensoría del Pueblo indicó en informes anteriores que es necesario contar con la participación de las organizaciones indígenas para fijar los criterios y mecanismos de identificación aplicables a la consulta.

Agregó que en el Perú existe una discriminación histórica que acompaña el uso del término indígena, pero que ello no debería frenar la protección de los derechos de esos pueblos y a garantizar el respeto de su integridad y libre desarrollo.

James Anaya, Relator especial sobre los derechos de los pueblos indígenas, durante su reciente paso por Lima afirmó que es el Estado quien debe facilitar la construcción de consensos en el futuro y una paz social duradera para los pueblos indígenas y la sociedad en su conjunto a través de la consulta.

Chirapaq, Centro de Culturas Indígenas del Perú, es una asociación civil que desde hace más de 25 años promueve la afirmación de la identidad cultural y el reconocimiento de los derechos de los pueblos originarios.

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